Tokyo Trial
(El proceso de Tokio)
Once jueces internacionales
de los países aliados conforman la corte que decidirá sobre los altos mandos
japoneses después de le Segunda Guerra Mundial, en el Tribunal Penal Militar Internacional para el
Lejano Oriente.
A la par que se adelantan los
juicios en Núremberg (Alemania), en Asia toma lugar otro de los momentos
jurídicos de la historia reciente. La diferencia radica en que en Tokio se
juzgará desde la perspectiva de la guerra librada en el Pacífico, así, China,
Australia, Nueva Zelanda, Filipinas e India, son llamados a hacer parte de
quienes decidirán sobre sus verdugos nipones. La lista la complementan Holanda,
Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética.
Esta miniserie histórica de producción conjunta entre
japoneses, canadienses y holandeses consta de cuatro capítulos en los que se
desenvuelve una trama que se centra en los intereses políticos de estas
naciones y las presiones que de allí se derivan, mientras que los jueces
pondrán a prueba su integridad personal y profesional, a la par, se esbozan los
paradigmas tan apartados sobre la concepción de mundo que se tienen en oriente
y en occidente.
Las diversas personalidades de los togados, fuerte e
inamovible del representante de Reino Unido; estrictamente jurídica y romántica
del de India o artística; consciente y aplomada del holandés, el
protagonista de la serie -quien se ve relacionado con una pianista alemana que quedó varada en Tokio y con un escritor tradicional de la isla, nexos que resultan sumamente enriquecedores para ambientar el contexto de la época, así como para darle unos sutiles toques de belleza tanto a la trama como a la escenografía- salen a relucir cuando se enfrentan a los dilemas morales en los que se ven inmersos.
En este drama político, las controvesias, las conspiraciones y el ambiente de "posverdad" no chocan con el aire documental, las secuencias en blanco y negro de los juicios originales, las demás referencias directas o la fidelidad respecto de los hechos. Sin duda resulta una producción agradable para los gustos más exigentes.
En este drama político, las controvesias, las conspiraciones y el ambiente de "posverdad" no chocan con el aire documental, las secuencias en blanco y negro de los juicios originales, las demás referencias directas o la fidelidad respecto de los hechos. Sin duda resulta una producción agradable para los gustos más exigentes.
El gran valor agregado de Tokyo Trial atiende al desarrollo de un par de interesantísimos debates jurídicos que aún continúan vigentes, uno que ha marcado la actualidad del derecho internacional y otro que ha sido abordado, en algún momento, por la gran mayoría de sistemas penales del mundo.
Es así como esta serie es recomendada para todos los
amantes de la historia, los fanáticos de la Segunda Guerra Mundial, y cualquier
jurista curioso. Se encuentra completa en Netflix y la verán de un tirón.