martes, 22 de enero de 2019

DEL POR QUÉ LA BETTER ESCRIBE

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Por John Better

Escribo en medio del bochorno de los días. Escribo con tos y una mascota a mi lado recordándome que no todo es horrible en este mundo. Escribo con la columna encorvada tratando de descifrar lo que en esta fría pantalla escribo.

A veces reconozco nombres, rostros, fechas y lugares. Si pudiera hacer una lista de los hombres con los que he estado, corro el riesgo de ser tomado por un fabulador.

¿Qué haces? Pregunta mi madre viéndome tropezar y caer como una enorme piedra sobre la cama; escribo, le contesto, pero no tienes un lápiz en la mano y  la computadora está apagada, me escupe con rabia,

Escribo, repito como un autómata, y por mi mente pasan imágenes de paisajes, calles, callejones. Hay una casa de tejas enormes y un patio donde una anciana degüella gallinas y enciende un fogón de palos secos.

-¿Que haces aquí? –Me pregunta

-He regresado-le contesto

-No, mi pequeño, solo quiero saber: ¿qué haces?

Escribo, le digo a la mujer que se hace humo con el fuego que empieza a tomar fuerza en aquel fantasmagórico recuerdo.

Escribo, con el mismo fervor que lo hacen en el mármol de las lápidas. Porque con cada palabra quiero cavar mi propio hueco, con cada acento, cada tilde, cada punto, con cada error ortográfico; quiero infligirme  el dolor necesario, el justo a la medida de lo que escribo.

No escribo para recibir halagos ni monedas, aunque estas últimas sí que hacen falta en quien, como yo, decide ser una NARRATRIZ DE FABLA GRAFITERA. No escribo para tres gatos  sino para la jauría; mis palabras son un agente químico, mis palabras explosionan y  hacen florecer orquídeas en ambientes radioactivos.

No escribo para mentes del tamaño de una ameba y sensibilidades  embotelladas en “la bohemia”. Escribo para  hacerlo llorar a él como lo hice y que luego tomara mi libro y lo hiciera pedazos. Escribo porque la belleza me seduce  y me pide que la toque, que la folle, que la haga palabras, en resumen, que la ate a una página y llegue a tus ojos para que también la contemples y la hagas suya.

No escribo para que  otros se “ardan” cuando el vil  y amado metal de los concursos literarios “estimulen” mi ego, por el contrario, yo ardo cuando escribo.

No escribo para que mis amigos me quieran; porque no he dudado en algunas de mis líneas meterles un revólver en la boca o fulminarlos con un rayo mientras se guarecían de la lluvia bajo de un árbol; y aún así, los pocos que poseo, me quieren

No escribo para complacer a nadie .Escribo para que mis historias vuelen, para que me  lean en otras latitudes y dimensiones. Escribo para culiarme a la vida, para ponerte los pelos de punta con lo que te cuento, para que me arrulles cuando lo pido, o salgas corriendo cuando me veas  con una ballesta en manos apuntándote a los ojos  en la página menos esperada.


-¿Por qué escribes, Better?

-Acércate y mete la mano aquí.

-(…)

-¿Lo sientes?

-Sí

-Ahora puedes entenderlo.
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Publicado por Revista Coronica
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

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