Por John Better
A: Pity
@johnbetter69
@johnbetter69
“La Ciudad Liberada, así se llama mi
nuevo disco. He tomado el título de una consigna literaria del poeta argentino,
Nestor Perlongher, la cual dice: “para vivir y amar en una ciudad liberada”. Ya
falta poco para que esté al alcance de la gente”. Quien hablaba era Rodolfo
“Fito” Páez (Rosario, Argentina, 1963), el
emblemático cantante argentino que estuvo de visita en la pasada feria del
libro de Bogotá presentando sus dos proyectos literarios: “La Puta Diabla
(novela) y Diario de Viaje, un recorrido gráfico y literario de sus giras más
recientes.
Nos encontrábamos por entonces al
norte de la capital en un sofisticado restaurante de comida oriental. Botellas
de sake han ido vaciándose a medida que la noche trascurre, platillos
minimalistas como piezas de arte iban y venían en las manos de los meseros del lugar. Páez solo
bebía agua, dijo ya haber saciado su sed
etílica en los últimos 35 años. Aun así
se anima y canta una estrofa de La ciudad Liberada, canción que da título a
su nueva placa de estudio:
-Quiero vivir en la ciudad
liberada/Donde a los pibes no les metan más balas/Una ciudad de sexo
desenfrenada/Mi ciudad liberada.
Seis meses después, en noviembre de
2017 el rosarino lanzó en un show sorpresa este nuevo álbum que según Oscar Jalil, reportero de la revista Rolling Stone (Argentina) es el mejor disco del
argentino en los últimos 20 años. Afirmación que produce algo de vértigo en sus
más apasionados seguidores que siguen
considerando “El amor después del amor (1992, Warner Music) su obra cumbre.
Decir que la música de Páez ha
cambiado con el tiempo es algo innegable, para muchos, el autor de temas
clásicos de la música popular latinoamericana como Mariposa Tecnicolor, Circo
Beat o Yo vengo a ofrecer mi corazón,
este cambio ha sido para mejorar como el vino con el transcurrir de los años.
Un sector más implacable de la crítica argumenta que Páez ha desmejorado
notablemente en su capacidad de composición. Lo cierto es que a sus 55 años nos
entrega un disco que vale la pena entrar a analizar y sobretodo disfrutar
acompañado con una buena copa de vino o agua si lo que tiene es sed de buena
música.
La liberación de las ciudades
Las ciudades bailan y hace siglos que es así”.
Fabiana Cantilo
La Ciudad Liberada podría ser
cualquier ciudad latinoamericana: Buenos Aires, Bogotá o Lima. En esta canción
del músico argentino las ideas revolucionarias
parten de la utopía de vivir en un lugar cuya política de vida única sea
el amarnos salvajemente los unos a los otros, y este amor no implica solo
sexualidad, también compromiso con los entornos y las clases más afectadas por las
desigualdades sociales.
El cantautor toma como referencia la crisis
argentina de los últimos años y la
corrupción política para denunciar fenómenos como la pobreza, el desempleo y la
indigencia. El escenario de esta canción es el parque Patricios, un lugar de
esparcimiento público donde hoy, además de sitios de recreación y comercio se
han construido albergues como el de Moteagudo, un lugar para socorrer a la gente que vive en las
calles. En este tema, uno de los más potentes del álbum, Paéz dispara versos
como:
En el refugio Monteagudo te abrazan
con el corazón/Fui a cantar una noche con el piano/Y un cartel escrito con
dolor decía que la calle no es un buen lugar/Para vivir, mucho menos para
morir/Transmítelo, transmítelo.
En el track
Islamabad (Ciudad del Islam) por
ejemplo, un sarcástico Páez empieza a
cantar irónicamente el lema de la república francesa: “Liberté,
égalité, fraternité vive le France” para después refrescar la memoria del
país recientemente golpeado por actos
terroristas con instantáneas bélicas y partes de culpa por los muertos de la Guerra de Liberación de
Argelia y la masacre de argelinos
que murieron ahogados en el río Sena cuando
reivindicaban una Argelia independiente en 1961. Más de 4 minutos de canción
donde le sobra sangre y rabia para
seguir escupiendo el dolor cuando habla de las víctimas durante las
dictaduras latinoamericanas:
Oíste hablar de los desaparecidos/No
son fantasmas, ni zombies/Son gente cuyas familias, después de tanto tiempo,
aún no saben dónde están/Nunca serán beautiful people/En una fosa común en el
fondo del rio, sin una lápida se esfumarán.
Pero no podríamos concluir que este
se trata de un disco meramente de denuncias de los abusos cometidos por la
política o la religión a través de la historia. El amor, insisto, siguen siendo
el trasfondo de este álbum.
Sí “El amor después del amor” fue la
forma en que Páez nos narró el mundo que vivía en aquellos años junto a la
inolvidable Cecilia Roth (exesposa y musa inspiradora) La Ciudad Liberada, si
bien toca temas dolorosos, hay espacio para la celebración a la vida, las cosas
simples, el amor de pareja y otras poéticas historias.
“Aleluya al sol”, fue el primer corte
del disco, es una plegaria por
que los buenos tiempos lleguen de una vez por todas. Un tema “Circobeatiano”
que nos invita a salir y ver directo al sol, al optimismo y
al respeto por las mujeres: Chicas en américa /En la cruz del sur, estallaron
la revolución /Todo el mundo en las plazas con banderas gritan /Que no haya ni
una menos.
En “Wo wo wo”, un Paèz nostálgico nos rememora
su pasional romance con la cantante de
rock Fabiana Cantilo, otra de sus musas, mujer que inspiró clásicos del
repertorio del cantante, como “Fue amor”, “Brillante sobre el mic”, entre
otros. El segundo vídeo que se conoce de este nuevo proyecto es “Su vida mi
vida”, un tema de amor en el que aparece junto a Eugenia Martínez Kolodziej,
joven bailarina y su actual pareja. Con
un sampling de “No soy un exctraño” de Charly Garcìa sonando de fondo, Pàez nos
obsequia una canción exquisita y sutil, tal vez otra de las mejores del álbum:
Cuando se revuelcan nuestras piernas
en la cama/Y cuando nuestras pieles se conectan al brillar/Y cuando sus abrazos
y mis manos se entrelazan/Entonces, yo siento que me da su vida.
En “La mujer torso y el hombre cola de
ameba” deslumbra un Páez surreal con una
narración fantástica del romance entre una mujer sin miembros y un hombre mutante
víctima de la bomba atómica de Hiroshima. En “Otra vez el sol”, Páez deja ver
una vez más sus fantasías betlemaníacas con una canción que parece haber salida
del fantástico álbum Magical Mistery Tour del
legendario cuarteto inglés.
La Ciudad Liberada es un buen
ejercicio de como un hombre que lleva casi 40 años en la música puede
reinventarse y entregar todavía un puñado de canciones que nos hagan reír, llorar, o reflexionar Desde
la misma tapa del disco se propone una revolución, Páez enfundado en un cuerpo
femenino y cubriendo su pecho parece decirnos: “No hay nada mejor
que la libertad”, más en un mundo lleno de hipócritas, reprimidos y censores.