Albie Birmann, vuelve a la tablas con un nuevo montaje
llamado Histeria y basado en un texto de
Arthur Miller. Luego de dirigir el colectivo Kinesis, Birmann retorna con
Mandrágora; un colectivo actoral vanguardista que sigue la línea dark que había
experimentado en Kinesis, aunque la directora trangénero aclara que sus nuevos montajes tendrán un contenido más
agresivo en materia política. Luego de un ensayo dónde la hemos visto gritar, dirigir y hacer que sus actores
lleguen al límite, hace una pausa y nos da esta entrevista para Revista
Corónica. | Entrevista: John Better
Cuéntenos ¿de qué trata Histeria, su nuevo montaje?
Histeria es una obra teatral basada en el texto Las brujas de
Salem , escrita por al autor norteamericano, Arthur Miller, quien durante los
años cincuenta fue perseguido por el comité de actividades antiamericanas a la
cabeza del senador Mc Carthy, época
marcada por la persecución de comunistas en los Estados Unidos. Mi puesta en escena toma como base los juicios que se ejecutaron por brujería en Salem (Massachusetts) en 1892
por parte de los puritanos y fanáticos religiosos que perseguían a todo aquel
que consideraran una amenaza a sus creencias religiosas y políticas. La obra
posee una connotación tanto política como humana, la condición humana es una constante en mi
trabajo. En este montaje pongo en
evidencia como la venganza puede llegar a permear los círculos del poder y como
este se nutre de este tipo de vendettas personales para poder alimentar una
histeria colectiva y apoyar actitudes incendiarias
de este tipo de personas que hacen parte de sociedades enceguecidas por la fe.
Debo resaltar que esta obra cuenta con la asistencia coreográfica de la
bailarina contemporánea, Martha Ligia Gómez, ganadora de muchos reconocimientos
nacionales y un referente de la danza contemporánea en Colombia. La obra se
presentará el 4 de agosto en el teatro Comfamiliar de Barranquilla, 7 de la noche.
¿En qué se parece o se diferencia esta pieza a sus trabajos
anteriores?
Yo percibo a Histeria
como mi primer trabajo, profesionalmente hablando, ya que lo hecho anteriormente lo
considero una serie de ensayos en búsqueda de una madurez estilística; si en
algo podría parecerse esta nueva obra a lo
que hice en el pasado, podría ser en la intención de buscar un lenguaje propio dentro
del tipo de teatro que realizo, al que podría definir como “teatro de la
crueldad”. Ahora mismo estoy interesada,
más que en los actores, en ser una directora de puesta en escena y en ese
sentido la parte estética sigue siendo muy similar a mis proyectos del pasado.
¿Seguirá tratando a futura temas como las zonas oscuras del
ser humano?
Sí, claro que voy a tocar este tema a futuro porque la
búsqueda apenas comienza. Siempre he estado interesada en el tema de la locura,
lo traté en anteriores proyectos como “Los
que no se nombran” y “Perlas para los cerdos”, y ahora lo estoy haciendo
en Histeria. Esta porque es una obra que vengo planeando hace más de diez años,
y que por fin he podido sacar adelante Estoy interesada en el tema de las zonas
oscuras del ser humano, de la densidad del espíritu y la mente, porque personalmente
he estado en contacto directo con esos temas, he transitado por esa oscuridad,
ha sido una compañera desde siempre, la locura es necesaria en cualquier artista;
por no mencionar el miedo constante a enloquecer y quedar atrapado en esa zona irremediable
fuera de lo que llaman realidad.
Háblenos sobre Mandrágora, su nuevo grupo y por qué la disolución
de Kinesis, su anterior escuela.
Mandrágora es un colectivo de creación artística, que más
allá del teatro busca diferentes formas de creación desde el espectro del arte,
mezcla elementos de lo audiovisual y lo
escénico. Viene a ser el resultado de todos
los procesos de investigación y experimentación en los que me involucrado a
través de todos estos años. Con respecto a la creación de una estética propia y
de un lenguaje, Mandrágora está buscando la consolidación de un estilo en el teatro, el teatro cabaret, el
teatro travesti, vertientes que no habían sido acogidas dentro de los
colectivos entre los que me he desarrollado. Esta nueva formación es también una especie de independencia artística
y filosófica, porque Mandrágora es mucho
más recalcitrante y más cerrada, estricta con el tema del estilo. En Kinesis,
por ejemplo, nos dábamos licencias de hacer todo tipo de teatro, cosas que
estaban sujetas al asunto comercial.
Mandrágora no busca ningún tipo de aceptación dentro del “mercado” del entretenimiento,
es mucho más ortodoxa en su creación de temas y estilo. En cuanto a la
disolución de Kinesis, se debió a causa
de temas de difamación por parte del circulo cultura de la ciudad en contra
mía, sobre eso solo puedo decir que soy un artista independiente que no está
sujeto a repartijas económicas de orden distrital.
Caso cerrado.
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Albie Birmann: Directora de teatro. |
Siendo usted una director a transgénero, ¿le gustaría llevar a
escena esta temática?
Siempre había estado evitando mezclar mi naturaleza drag y
trans con mi obra, con Mandrágora he podido amalgamar esas partes de mi ser y de mi
trabajo. Ya toqué el tema transgénero
con mi obra “Alzados en almas”, estrenada hace un año y basada en textos de las “narratrices”: Pedro
Lemebel y Templanza Better; allí
denuncié las agresiones y violencias contra las mujeres trangénero y los LGBTI en general. La obra
duró un año completo en temporada, la presentamos en diversos escenarios, más
de 7 ciudades del país, con excelente respuesta del público y la crítica.
¿Cómo percibe el actual escenario teatral en la ciudad?
Es difícil conciliar con el gremio teatral de Barranquilla, no hay unión, no hay respeto. Priman la vanidad, la envida y los egos. Se ha intentado hacer alianzas pero siempre triunfa esa premisa de “quien es el mejor”. Lo lamentable es que hay una gran potencial en los colectivos teatrales actuales., aprovecho e invito a abrir nuevamente canales de diálogo.
El teatro es político desde su nacimiento , aunque muchos
directores de teatro y artistas del mismo
prefieran quieran negarlo; solo hace falta ver obras como Madre Coraje
de Brectch, para entender que la política es intrínseca al arte dramático porque
el teatro es un reflejo de la realidad del hombre y su entorno , todo lo que sea reflexión de la sociedad, todo lo que sirva para poner a
pensar colectivamente para luego adquirir compromisos individuales, contiene un
componente político innegable.
En mi caso lo he asumida de manera directa en Mandrágora, mi compromiso
es hacer un teatro de protesta, un teatro critico social que denunciará y
pondrá los diez dedos sobre la llaga.