« Comparto con ustedes el extracto la obra Arquitectura de la Conspiración, un libro que reúne de forma clara todo aquello que siempre quisimos saber sobre el tema de las conspiraciones y que, además, incluye ejercicios prácticos para identificar o establecer si alguien está siendo víctima de algún tipo de conspiración »
Por Óscar Ibarra
Arquitectura de la conspiración
Introducción
En la última década del siglo xx y primera del siglo xxi brotaron múltiples teorías conspiracionistas; éstas teorías fueron una reformulación o remasterización de teorías anteriores o, visto en retrospectiva, podemos decir que las teorías anteriores, por su alta consistencia, lograron adecuarse y absorber a las nuevas entrantes, haciendo con ello un aparato conceptual abundante y clarificador del estado del arte en torno a la conspiración.
En particular, las décadas mencionadas se caracterizaron por una suerte de artilugio político-extraterrestre-biológico-mortífero y !no es de extrañar! teníamos en la palestra grandes discusiones humanas: literatura y filmes catastróficos que al final resultaron germen de la sapiencia conspiracionista. Justo ahí -1990-2010- se desenvolvió el aparato conceptual para nombrar todo lo que nos rodea; llegamos al punto en que podíamos combinar cualquier problema con cualquier cosa, y más aún, vincular su causa a determinada conspiración.
Algunas conspiraciones son humanas y otras vienen desde alguna parte, es decir, en algunas de ellas 1) los actores son humanos y en otras son 2) seres-no-humanos. Esta escueta división puede ayudarnos de mucho para comprender el asunto. Sin embargo, dentro de estos dos grupos existe una vasta ramificación que aún no termina por definirse completamente, dando así, un problema en su clasificación.
En estas ramificaciones, o subdivisiones teóricas, la especie comparte partes exactamente iguales a la del género perteneciente. No obstante, al cambiar el sujeto actor de una conspiración paradigmática, permite que pueda ser otro género (de conspiración) y no una especie (de conspiración).
En principio tenemos este problema de clasificación. Vamos a dar un ejemplo a lxs lectorxs (sic) de lo que se viene hablando y sin atiborrar de mucha información. Partiremos de los dos grandes grupos antes mencionados y abordaremos la problemática que encierra.
Del caso 1: Los actores son humanos: hay al menos dos actores que protagonizan las más grandes de las teorías conspiracionistas, a saber, masones (de la vena mediterránea) y familias poderosas (Medici, Rockefeller, entre otras). Pues bien, la clasificación base de conspiración por sus actores humanos dice que estas personas dominan el mundo desde el fundamento A) económico y/o B) político (por mencionar algunos de entre otros 14 conceptos que incluyen desde naves espaciales que vigilan hasta el ejemplo casero de las redes sociales).
Ahora bien, podría ser ésta una clasificación sin más. No obstante, dentro de otro grupo de conspiraciones se mantiene exactamente el mismo principio (masones y familias) pero tienen sus líderes características no humanas, por las cuales esta teoría pasa a ser de la clasificación 2.
Del caso 2: Seres no humanos, que por su parte, dos son los actores de mayor influencia para estas teorías, primero: ultraterrestres de múltiples formas, genética y fenotipo; segundo: máquinas construidas por una máquina inteligente de otro mundo o universo paralelo. [1]
En ésta mínima clasificación puede verse el problema al cual nos estamos refiriendo que aparece inserto dentro del campo de las investigaciones conspiracionistas, que a la luz de su propia historia cada día nos revela nuevas acepciones y avances en la terminología.
Como es sabido, por el gremio el propulsor de las teorías conspiracionistas que nos ocupan, fue el filósofo Immanuel Kant que, al distinguir entre fenómeno y nóumeno estableció que hay cosas que no podemos conocer por cierta condición de los seres humanos, es decir, ver solo fenómenos y no los nóumenos: lo que son las cosas como tal.
El planteamiento kantiano se ocupa de describir la forma en que nos es dado conocer: para poder “ver más allá” es preciso desmontar la base sobre la cual estamos parados. Podemos decir entonces, que para desestructurar la forma de percibir es preciso ver esa base sobre la cual estamos parados, para luego, dar el salto y situarnos fuera de las estructuras mentales desde las cuales habitualmente nos es dado a conocer.
Es así que, en el vasto mundo conspiracionista -desde la óptica kantiana- nos encontramos instalados en el límite del fenómeno y el nóumeno, en tanto sea posible aceptar ciertos hechos (los datos tangibles) y la sospecha de que “detrás” de ellos se encuentra una realidad que no conocemos y que estará regida por alguna de las dos clasificaciones antes mencionadas.
Existe una pregunta obligada, a plantear: si realmente podemos conocer o desmontar la estructura que existe “detrás”, osi sólo podemos contentarnos con la sospecha.
Decimos “detrás” por exponer de alguna forma clara la situación, aunque, si nos situamos en el plano de la conspiración por sus actores humanos (clasificación 1) se trata de personajes que se encuentran al frente de ciertas instituciones que no están para nada encubiertas y por el contrario son instituciones claramente reconocibles e insertadas dentro del orden del mundo. En otras palabras: vivimos rodeados de estas instituciones. Más que “detrás” sería correcto decir “en”: nos encontramos “en” una estructura dominada por los agentes que quieren controlar el mundo que se encuentran instalados en la cúpula de las instituciones que rigen nuestras vidas. ¿Podemos entonces descubrir esa estructura “en” la cual nos encontramos insertados los seres humanos?
Tal pregunta encuentra respuestas según sus partidarios. Desde una perspectiva ingenua de la conspiració (es decir, aquél que se mantiene sólo en la sospecha) diría que no; en tanto que siempre le será vedado ese terreno. De lo contrario, se darían las claves que dominan el mundo y se vendría abajo los objetivos de dominación. El ingenuo conspiracionista aboga que a este respecto no es posible llegar a conocer dicha estructura.
Existen también quienes abogan por la respuesta afirmativa: en efecto se puede conocer y se está descubriendo poco a poco objetivamente, a partir de las incongruencias que existen en los datos ofrecidos por las instituciones.
Este grupo, denominado conspiración objetiva, plantea que los discursos que se nos ofrecen cambian de una forma incongruente una a otra, tratando de ocultar los deslices que han tenido al plantear sus argumentos. Un ejemplo de ello, y que sirve de bastión para dicho grupo, es la llegada a la luna, que por las características de la imagen y video se sospecha que nunca fue tal llegada, muy al contrario: fue una táctica política entre familias poderosas para ganar terreno en el dominio mundial.
No es posible determinar aún si se puede conocer o no tal estructura. Por ello, es aceptable todavía la figura de Immanuel Kant como raíz de los grupos en que ahora se divide la clasificación acerca de la conspiración. No obstante, no debe desalentarse el lector de esta obra por no encontrar una respuesta determinante. Al final creemos que usted podrá instalarse dentro de una postura crítica dentro del ámbito de la conspiración, de suerte que usted no será objeto simbólico para el dominio de las corrientes conspiracionistas, es decir que el material que usted tiene ante sus ojos le permitirá acceder a ciertas herramientas que posibiliten tomar una postura objetiva. Además, en el capítulo final, le proporcionamos una serie de ejercicios y prácticas de vida que le ayudarán a identificar dónde es posible que se esté fraguando una conspiración contra usted o contra los que más quiere: su familia.
Le damos la bienvenida a nuestra obra y le proporcionamos a continuación un resumen de cada capítulo, para que usted lector, avizore cuál es la ruta por la cual se deslizará en las siguientes páginas.
Estructura de la obra
Capítulo I: Descripción detallada de los grupos de conspiración desde la clasificación 1) por sus actores humanos y por sus 2) actores no-humanos, donde ponemos énfasis en los datos creados por ambos grupos y por los cuales podríamos hablar de un tercer y particular tipo de conspiración, la cual, ya no se encuentra ni en una ni en otra; a esa conspiración la llamaremos “Planetaria” y aborda un grado mayor de conspiración que afecta no sólo el mundo humano sino el destino del cosmos.
Capítulo II: Abordamos el simbolismo que entraña la teoría de la conspiración, pasando por los símbolos denominados de “Publicidad” (monedas, sellos, banderas y personajes de televisión que dan cuenta de su subscripción en la gran estructura). Los símbolos denominados “del interior” (claves o códigos para acceder a los espacios en los que se desenvuelve la conspiración). También se encontrará en este capítulo la teoría que determina el uso y cambio de estos símbolos.
Capítulo III: Donde se expone cuáles han sido las medidas o métodos que ha utilizado la gran estructura para maquillar los errores que ha tenido en dar información “válida” y encubrir los intereses que se encuentran en el fondo.
Capítulo IV: En el cual relacionamos algunas entrevistas a personas que fueron objeto de represiones por divulgar información competente a la gran estructura. Estos teestigos lograron liberarse por fuga de los centros de internamiento, o ser expulsados de tales centros por haber sido coaccionados desde su recuerdos. No obstante, presentan ahora secuelas e información paranoica que da cuenta de la gran estructura.
Capítulo V: Se expone aquí al detalle la nueva conspiración denominada “Planetaria” que se encuentra delante de nosotros y determinará la forma de ver el mundo y el universo durante esta era que empieza.
Capítulo VI: Donde damos cuenta de cómo se están transformando las capas cósmicas del universo para abrir paso al germen planetario de la conspiración. Entre los elementos que se abordan en este capítulo cabe destacar las “figuras holográficas” que pueden confundirnos e influir para creer en un mundo apacible cuando en realidad se está descomponiendo nuestra identidad humana. Y "prácticas vitales", donde encontrará a su disposición actividades que le permitirán identificar los factores de riesgo que existen en su entorno, a su vez, ejercicios prácticos que le permitirán identificar si ha sido intervenido en sus recuerdos o memoria con algún interés ultra-humano.
NOTAS:
[1] Para atender al concepto de “maquina inteligente” y “universo
paralelo” véase el capítulo 6 de esta obra (pág. 97) o véase el glosario de
términos “Glosario universión” en su
novena edición.
[2] Para profundizar en los aportes de Kant al terreno de la
conspiración véase mi estudio “El gran mentor: Kant, el más allá y mucho más”.
Editorial Tierra paralela, 2007.
Foto: 9-11-justice-cheney-conspiracy / Google Imágenes