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Proimágenes Colombia |
Por Keren Marín
La travesía no será fácil: el horizonte se expande indefinidamente y Heraldo, incapaz de medir las distancias, deberá aprender a vivir entre el silencio, los espejismos y la incertidumbre. Por fortuna contará con la guía y apoyo de Don Salo y Magdalena, dos seres aislados cuya vida transcurre entre el paisaje umbrático y ocre. Ambos proveerán a Heraldo de refugio, alimento y sanación, siendo la sal el medio para hacerlo ya que esta puede a su vez conservar, curar y proveer. A través de la relación de estos personajes descubriremos poco a poco el misticismo del desierto y el carácter cíclico de toda búsqueda, pues al final lo importante no es el punto de llegada sino aquel espacio entre el olvido y la nada, el lugar donde solo habita el presente.
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Este es el argumento de Sal, película dirigida por William Vega y producida por Contravía Films. Vega, cuya ópera prima fue la Sirga, apuesta en esta ocasión por narrar las historias de sus personajes de manera fragmentaria y onírica. En este sentido, los diálogos aparecen como elemento transversal más no indispensable del filme, ya que es mediante las imágenes del paisaje árido y el silencio que este evoca, en que es posible expresar la errancia, las pruebas de la voluntad y la búsqueda- siempre interminable- por nuestros orígenes. Además, si bien Sal ocurre en un espacio atravesado por la violencia y la guerra, estos conflictos aparecen de manera marginal, pues aunque la travesía de Heraldo y el aislamiento de Don Salo y Magdalena tengan estrecha relación con estos sucesos, es la voz de quienes aún sobreviven la única capaz de dar sentido a la vida que transcurre y al tiempo que dejó de existir.
Sal es una pieza que confronta al espectador. Sus imágenes y diálogos al no apelar a la totalidad nos dan solo algunas pistas de aquello que fue y pudo ser. Además, todo en ella produce extrañamiento y ansiedad pues aquel paisaje amplio y extenso aparece a su vez como una cárcel. Por momentos nos sentimos desorientados, incluso perdidos entre los diferentes lenguajes que narran y enuncian, siendo la realidad una especie de espejismo del cual es imposible escapar. Sin embargo, en esta atmósfera delirante es que empezamos a descubrir y comprender los motivos que guían la búsqueda de todo hombre ¿Será también nuestro futuro un desierto?