POESÍA QUE RESTA
Por Alberto Bejarano, febrero de 2019
Por Alberto Bejarano, febrero de 2019
- Dios también es una perra de María Paz Guerrero. Editorial Cajón de Sastre, Bogotá, 2018.
La poeta eligió la página sin puntuación (¿o fue al revés?).
¿Quién elige a quién? ¿Decidimos sobre las formas o éstas se nos revelan
desnudas? La no-puntuación de este poemario (el primero de la autora, quien
además ha sido publicado ya en varias antologías, entre la que se destaca
MORADAS INTERIORES de la Javeriana) nos hace leer su poesía sin poder girar en U conspira contra la lectura rápida y
la prosa como documento de contradicción de nuestra época: roza entonces una
poesía de repique de percusión y de contra bajo como un solo de Cachao López
para el que hay que afinar oídos y puntas de pies. Se impone en su escritura un
neutro a la manera de los “aullidos” del Norte. No importan más definiciones insinuadas.
Después de la muerte de DIOS, el que ahora puede ser es una perra pulgosa,
sarnosa, insepulta,… las palabras de los hombres son huérfanas, son
no-articuladas, SON: asimétricas, rodantes y quemadas/quemantes. RITMO Y MÁS
RITMO es esta poesía, como el de las puntas del pie del bailarín -que no
bailador- y como los libros ajenos que debieron ser orinados por la perra. Poesía
mutilada, de encierro, de barraca, de Matadero.
Ritmo de galope de potros
ciegos
De ladrones de fuego
De videntes desahuciados
De leñadores de hielo
De patinadoras cojas
De putas retiradas.
¿Qué le queda a la poesía, más que aniquilarse a sí misma…y
a la poeta, más que seguir escribiendo a pesar de sí misma…?
He leído el libro tres veces en boucle, a punto estuve de escribir esta misiva con balas de
salva, como un anónimo aullador, como el naufrago que repite de memoria una
letanía perdida. Es poesía de delirio, de callejones oscuros, de lagartijas calcinadas,
de ratasdelaboratorioenParís… … poesía de fraseo, de refraseo, desfrizadora,…poesía escapada de los
cajones conversacionales/confesionales/puros…poesía impura, de pabellón de
quemados, de insomnio, de vidrios rotos. Quien la lea, desistirá o se desfrizara, no hay metáforas en este
mundo árido, informal recuento antropofágico…
Pienso en Ana Cristina César, gran nómada brasileña (traductora
de Emily Dickinson)…
“Los navíos hacen figuras en el aire
escapan en colores - los faunos.
Los cuerpos de los bomberos bailan
en el brillo de mis pies.
Desde el muelle muerdo
impaciente
la mano inmersa
la mano inmersa
en los faros.” (ACC)
María Paz G, cerca del
corazón salvaje de una Ana Cristina C, hija de antropofágos, mariposa de la
noche tropical, de alma negra descubierta, on
tient de bout malgré tout…lejos de la poesía colombiana, más cerca de la
francesa de Artaud y de la brasileña…Elizabeth Bishop la leería entre dientes, poesia
de imposibles alumbramientos de la palabra, extraña mixtura de aves rapaces con
mordeduras de serpiente cascabal. Este libro, DIOS ES UNA PERRA, no es de aquí
ni de ahora, bordea nuestras sombras, hace nacer nuevas lenguas para oír y ser
escuchadas en un bus circular desvencijado…
“los huesos serán masticados
por el tiempo
molidos por el aire
hasta desaparecer
las partículas se disolverán
limpias en el desierto” (MPG)
Poesía que muerde…Como dijera Agamben de la poesía
contemporánea: “el poema es un organismo que se funda sobre la percepción de límites
y terminaciones, que definen, sin coincidir nunca completamente y casi en diálogo
alterno, la unidad sonora (o gráfica) y la unidad semántica”.