viernes, 23 de febrero de 2024

Rodrigo Cárdenas: un nuevo ritmo en el cine colombiano

0
Entrevista con el actor Rodrigo Cárdenas sobre su participación en la película Al ritmo del agua (2023), dirigida por Felipe Bernal (estreno en 2024)

Al ritmo del agua, 2023. Foto fija: J. Alex Velásquez

Por  Larry Mejía


Rodrigo Cárdenas nació el 7 de octubre de 1980 en Bogotá y es el único actor de toda su familia. Estudió con el dramaturgo argentino Rubén di Pietro, quien, durante 36 años, se dedicó al enriquecimiento actoral en nuestro país y cuyos frutos lograron poner una actriz colombiana, Catalina Sandino, por primera vez en la lista de los premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. 

Rodrigo cuenta con estudios en expresión corporal y voz, orquesta, improvisación, clown, análisis de texto, percusión corporal, Suzuki y viewpoints, que lo constituyen en un actor maduro y formado, a quien la película Al ritmo del agua (2023), le ofrece un exquisito papel antagónico, cuya interpretación marca un antes y un después no solo en su carrera, espero que también en los personajes cinematográficos que atraviesan la historia de un cine todavía en ciernes como el de nuestro país.  

“A mí me encanta actuar, si es un corto lo hago, si es teatro lo hago, así que me presenté en al casting. Llegué a la casa del director e hice la prueba para dos personajes y quedé con una improvisación para el personaje de Nelson”.

Nelson es un hombre exigente, demandante, impositivo, oscuro, en cuya mentalidad la frase “el fin justifica los medios”, ha logrado establecerse como un mandamiento que a lo largo de la película llevará a la protagonista y al espectador al límite de su paciencia.

Rodrigo estudió comercio internacional en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, pero hace 10 años entregó su vida a la actuación. Ha logrado participar en producciones que van desde lo académico hasta  plataformas como Netflix, donde trabajó en el año 2015.

Siempre tuve esa cosa romántica, de ver películas. Viendo Perfume de Mujer (1992) de Al Pacino, en mi ingenuidad dije: yo puedo hacer eso. Sin saber lo que había detrás, pero quería hacerlo. Y así empecé a hacer teatro con Rubén di Pietro. Recuerdo un fin de año, en que entendí que no podía seguir en una oficina, me sentía preso. Veía la puerta de la calle, veía pasar los carros y anhelaba estar afuera, entonces dije: esto no puede seguir así. Llevaba 3 años en la empresa cuando decidí dedicarme a la actuación y he pasado las verdes, las amarillas, las grises, pero aquí estamos…”.  

La sensación cuando recibí el guion, fue de que estaba con un grupo exigente y ambicioso. Fui armando el personaje pensando en la exigencia y la ambición, ensayé mucho solo, y comencé a darme cuenta de los matices de Nelson. A conocerlo, a escudriñar en las bajas pasiones de un tipo que está todo el tiempo acosando a su alumna.

Armé a Nelson con mi método, que me genera preguntas para ir disponiendo la coherencia tras cada lectura del guion. Cuando sentí que el persones estaba alineado con el actor, fui uniendo las partes. Ensayamos meses, pasábamos las escenas, Felipe daba indicaciones y yo las fui acomodando a la verosimilitud del personaje.

El rodaje contó con un grupo extraordinario de jóvenes, quienes me impactaron por su organización, que, sumada a la pandemia, logró muchas cosas en momentos tensos. Recuerdo que Felipe (Bernal, el director) nos entregaba unas imágenes que él consideraba acordes, a mí me pasaba música clásica antes de los rodajes, y a través de eso entraba en una mística deliciosa, después de marcar las escenas. No todos los directores son tan libres, y mediando con la emoción, a veces salen cosas que no están dentro del guion pero que pueden funcionar. Al ver que toma tras toma tuve esa libertad, de proponer nuevas cosas para las escenas”.

Las imágenes de que me habla Rodrigo según el director Felipe Bernal: “Son pinturas que había guardado en mi Instagram a lo largo de los últimos años y que me suscitaban emociones específicas. Sentí que podían ayudar a los actores a variar su intención actoral entre una y otra toma”. Este detalle permite entender mejor y hasta qué punto el equipo ha logrado una filigrana de amor y talento evidente a lo largo de toda la cinta.

Al ritmo del agua, 2023

Al ritmo del agua, dirigida por Felipe Bernal se estrenará a mediados de 2024. La película se rodó en plena emergencia sanitaria, lo cual la convierte además en una labor titánica, pues los grandes emporios de la producción, se dedicaron por entonces a repetir sus viejos éxitos una y otra vez con la renovada excusa del COVID – 19, y el siempre complaciente gesto del público, en tanto un joven grupo de realizadores, se la jugaban en un campo desconocido, por un sueño que logró materializarse y que dará de qué hablar en la historia de nuestro audiovisual.  

Cuando leo los guiones, yo mismo me hago mi película y propongo una línea, luego me acomodo al director. En esta ocasión la historia que traía en la cabeza, coincidió con el director y en dos meses lo tuve. Los ensayos con la protagonista, nos acercaron de una manera natural, y eso fue fundamental para poder llevar a cabo las más difíciles escenas de la película.

Asumir a Nelson fue un reto a nivel personal, pues las actitudes del personaje, no tienen nada que ver con mi ética, ni conmigo. Tuve que volver mías cosas con las que jamás estaría de acuerdo. Y me pareció genial que el cine sirva para esto, es una necesidad reflejar lo que pasa, con otras historias, contadas de distinta manera, eso abrirá y enriquecerá muchas perspectivas para la industria del cine”.  

Durante 15 noches rodamos las escenas del Nelson. Cuando estoy en rodaje no me gusta verme, yo confío en quien dirige. Me vi en un prestreno, sentí extrañeza de mi voz, y aunque no me siento muy objetivo, confío en el público, alguien se acercó y me dijo ‘te odié’, entonces entendí que la cosa había salido bien. Me dan igual los papeles de bueno o los de malo, todos los disfruto, pero por supuesto en el papel del malo hay un condimento sabroso.

Mi interés con la película es que la vea el mundo entero, que la disfruten tanto como nosotros disfrutamos hacerla, que hagamos más proyectos con ese grupo, que la película abra puertas y cambie perspectivas, que el público sepa que acá en Colombia se hacen cosas diferentes.

Los planes de Rodrigo son seguir rodando “hasta que tenga 170 años”, enfatiza: “esa sí es mi meta”. Sabe que ser actor en Colombia es complicado y agrega “en lo que aquí se considera como arte, sé que nadie la tiene fácil, por eso mi formación es continua, estoy viendo todo el tiempo el trabajo de los otros, veo 365 películas por año como. Estudio a los demás y voy registrando y ahora es el turno de que Colombia nos acompañe a la premier de Al ritmo del Agua”.

¿Con quién irá al estreno?, le pregunto al término de la conversación: “Con mis dos hermanos y mi madre”. Responde con la honestidad de un actor que ya ha cruzado varios umbrales.

El ritmo del agua es una película difícil de clasificar en la historia del cine colombiano. Su director Felipe Bernal le apuesta a la cotidianidad y logra un instante íntimo, una viñeta trágica de nuestra sociedad nunca antes contada; en otras palabras, pone el dedo en la llaga y eso pasa poco en nuestra cinematografía, acomodada a las narco películas y las comedias que hacen reír de terror por su pésima calidad. La película es además una historia que no debería ocurrir, pero ocurre. Su banda sonora desafía al espectador. Los grandes momentos ocurren orquestados por una selección sonora en un clímax íntimo, donde el director consigue y nos enseña una radiografía en imágenes del alma humana.

#alritmodelagua #cinecolombiano

Rodrigo Cárdenas es Nelson en Al ritmo del agua


Author Image

Publicado por Revista Corónica
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nos gustaría saber su opinión. Deje su comentario o envíe una carta al editor | RC