viernes, 12 de noviembre de 2021

La influencia de Dostoievski

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Dostoievski, foto colorizada Klimbim

E l mecanismo absurdo de la justicia ha sido objeto de exploración constante en algunos de los clásicos contemporáneos de la literatura. Dostoievski fue su pionero. Impuso en Raskólnikov, protagonista de Crimen y castigo (1866), un estudiante asesino, la postura moral del justiciero bueno, que mata a una usurera para hacer justicia a la humanidad por su propia mano (con el hacha). Kafka, como lo demostró Guillermo Sanchez Trujillo, también derivó de Crimen y castigo un punto de partida para la pesadilla patibularia de El Proceso (1925) y la parábola nefelibata de La Metamorfosis (1915), novelas sobre la justicia y la desintegración del sujeto, así como Memoria de la casa de los muertos (1864), sobre la condena en Siberia, influyó en El Extranjero (1942) de Camus y La Nausea (1938) de Sartre, constituyéndose Dostoievski como antecedente del existencialismo. Freud destinó un ensayo para analizar el sentimiento de culpa de Dostoievski por la muerte de su padre con la representación del parricidio en Los hermanos Karamazov. En El maestro de Petersburgo (1994), Coetzee examina un viaje de Dostoievski a San Petersburgo en busca de su hijastro Pavel Alenxadrovich Isaev, hijo de su difunta primera esposa, quien ha muerto en soledad mientras en Rusia se gesta un nuevo conato revolucionario en 1869, continuación de aquella conspiración nihilista (de la que luego se retractará) por la cual fue antes condenado a muerte por el propio Zar Nikolas I. de Rusia y luego indultado en el paredón de fusilamiento. En esa novela Dostoievski adquiere la actitud de un detective privado que quiere averiguar por qué murió su hijo. Ha regresado de incógnito, después de purgar la condena en Siberia y descubre que su hijastro razonaba como Raskólnikov. 

Dostoievski, nacido el 11 de noviembre de 1821, es tal vez el escritor ruso más influyente en la escritura de los autores contemporáneos. Su técnica introspectiva y la creación de personajes delimitados por conflictos morales y paradojas éticas dieron paso a la literatura que posteriormente el psicoanálisis llamaría “psicológica”, aunque la gran literatura puede hablar sobre los sentimientos y pulsiones humanas a partir de personajes que son tipologías de la ficción, es decir toda la buena literatura es psicológica. El perfil biográfico que dedicó Stefan Zweig a Dostoievski en Tres maestros (1920) establece que los personajes de sus novelas derivaban de experiencias cercanas a las vividas por el autor nacido hace 200 años en Moscú. Dostoievski, como sus personajes, fue ludópata, liberal revolucionario, alcohólico, epiléptico, cristiano. Zweig repara en algunos momentos que marcaron su vida para reaparecer en transposiciones de su literatura. El indulto frente al paredón de fusilamiento que aparece narrado en Memoria de la casa de los muertos, el asesinato del padre de Dostoievski (con una intoxicación de Vodka) a manos de sus propios trabajadores tiranizados reaparece escenificado como parricidio en Los hermanos Karamazov, el ataque de epilepsia en la luna de miel de su primer matrimonio reaparece ficcionalizado y aplicado como tara a varios de sus personajes en distintas novelas, Myskyn (El idiota), Kilov (Los demonios), Smerdiakov (Los hermanos Karamazov), la memoria infantil y las crisis nerviosas de la novela breve Nietovska Nezvanova (1849) muestran las condiciones de miseria del pueblo ruso y el endeudamiento perene en que vivió el escritor, la  bancarrota de la que su primera esposa lo salva con un préstamo, lo hace regresar del exilio para narrar El jugador. Su segundo matrimonio con la taquígrafa Anna Snitkina le dio una familia y le hizo asumir obligaciones y deudas con sus editores y acreedores para la subsistencia de los suyos, pero también funcionó como relieve de fondo y presión para escribir sus novelas más ambiciosas. Murió tras una hemorragia después de sufrir un ataque grave de epilepsia. 

Dostoievski sigue siendo editado y leído hoy porque su obra no solo enseña a pensar en las paradojas de la justicia humana y la compasión y la condición absurda de la existencia, también porque es realmente la única escuela de escritura donde se aprende a escribir leyendo.
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Publicado por @stanislausbhor
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

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