viernes, 10 de noviembre de 2017

La literatura y lo políticamente correcto

5


Como escritor y docente, que busca entre el ejercicio de la educación dejar una huella en los jóvenes universitarios sobre la importancia de la equidad, del respeto y el reconocimiento del otro, basado en la ética, y en fomentar las buenas relaciones humanas, rescato y aplaudo sin parar, la protesta en forma de manifiesto que algunas escritoras colombianas (porque faltan más, sin duda) han hecho por la ausencia de mujeres dedicadas a este oficio en el evento que se realizará el próximo 15 de noviembre en París, con motivo del año Colombia Francia. Me parece inaudito, realmente inaceptable, sobre todo por parte del Ministerio de Cultura, que no tenga en cuenta a las mujeres que pueden muy bien representar al país como las grandes escritoras que son (por estos días estoy leyendo a Margarita García Robayo y estoy fascinado con su historia en la novela Tiempo Muerto). El Ministerio, como ente público y sobre todo regido por la constitución que busca precisamente eso, equidad, entre otras cosas, es quien más tiene la responsabilidad de que exista representación tanto masculina como femenina en sus eventos (todo ello mediado, por supuesto, por la calidad de la obra de los escritores elegidos, no solo es un asunto de mera representatividad) . Así que sin duda alguna es un desatino completo lo ocurrido con la lista de solo hombres que representarán la literatura colombiana en Francia.

Sin embargo, dentro de las muchas cosas que he leído, entre estados en Facebook, notas de prensa, etc., me encontré hoy con un artículo escrito por Catalina Ruiz-Navarro, en el que además de destacar a las escritoras colombianas que han publicado sus obras este año, también resalta el machismo que, para ella, se ve reflejado en las obras de algunos autores. Dice ella:

            “Basta observar por un segundo a las mujeres que construye en su literatura nuestro adorado Gabriel García Márquez para ver que todas son musas, mozas o madres. Gabo habrá sido muy buen escritor, pero eso no quita lo machista. Que no se nos olvide que en Cien años de soledad a Remedios Moscote la casan cuando sólo tiene nueve años y muere luego de que Aureliano Buendía la viola (a esa edad, es violación) y la preña. Sobre Remedios la Bella se podría escribir un largo ensayo sobre la mirada predadora masculina y el acoso”.

Y hace otro par de alusiones a Gabo como hombre machista de la literatura.

Y es aquí donde no estoy de acuerdo. El hecho de que dentro de una obra literaria se incluyan  situaciones en las que ocurren actos violentos y abusivos hacia la mujer, no significa que por ello un autor es machista. La narrativa, como género, se construye bajo la mirada dentro de un contexto en una historia, de unos personajes que se desenvuelven de ciertas maneras bajo ese contexto. En mi libro de cuentos que publiqué este año hay historias que resaltan el amor de dos lesbianas, como también existe una historia en la que un hombre convence a una mujer para que tenga sexo con él, a cambio de una promesa que él nunca cumple. Es un cuento de engaño y abuso. Y no por eso yo soy una persona machista o que denigre de la mujer. Esto no debería decirlo, por ser reserva del sumario de las ideas de un escritor, pero lo diré de igual manera, estoy escribiendo una historia de una mujer, doctora de un hospital psiquiátrico, que abusa sexualmente de uno de los enfermos del hospital. Entonces bajo ese contexto, ¿qué soy ahora? ¿Un autor que reivindica a la mujer porque ella es ahora la violadora? Si se hace un ejercicio de ejemplos de estos casos, seguramente necesitaremos muchas líneas para hablar de ellos. Serían casi infinitas, como la cantidad de mujeres que se dedican a escribir.

De la protesta justificada de las escritoras a decir que un escritor es machista por lo que escribe, hay una diferencia importante. Pero también existe un hilo muy delgado que puede, entonces bajo ese contexto, convertir la literatura en un asunto políticamente correcto, lo que se debe y no se debe decir en los libros. Un autor que reivindique los valores de equidad se debe leer, y otro que tenga personajes sórdidos y humanos, y que denigre de hombres y mujeres, entonces no se debe leer, ni siquiera publicar.

La literatura es la humanidad puesta en letras. Y la humanidad viola, humilla, maltrata, arrasa, atropella, golpea, ofende, pero también ama, sonríe, se solidariza, es tolerante, glorifica, lucha por sus ideales, perdona, etc. Todo eso es humanidad, y de eso se compone la literatura.

Y el arte en general también.

Quiero ser claro de que hablo de la obra y de los personajes de la obra, no del autor y sus actos. Catalina Ruiz-Navarro también menciona a Neruda y dice de él que “en sus memorias confiesa una violación “casual” que el escritor comete cuando ve a la empleada que le arregla el cuarto y “le dan ganas””. Que le den ganas es un acto humano. Pero si esa sensación de Neruda se convirtió en un acto, entonces ahí sí estamos ante un asunto de otras dimensiones en las que hay un abuso sexual y una violación. Una acción que debe tener un juicio. Ese ya es otro cantar.

La literatura, y el arte en general, es una manifestación de la vida con todo lo que trae. Trasciende y agrede a la norma, pues de eso se trata precisamente su existencia, de ser resistente a eso que nos impone un sistema, unas leyes, unas reglas que no son las mejores. Si no fuese así, a los escritores, y a los artistas en general,  los verían como personas normales, que van por la vía correcta, y no como unos rebeldes muertos de hambre e inútiles que desperdician su vida entre cuentos, novelas y poemas.

 Pues siendo así, ¡que vivan los muertos de hambre, políticamente incorrectos!


 ¡Y que vivan las escritoras colombianas!


Author Image

Publicado por jerogarciar
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

5 comentarios:

  1. Aclaración con respecto a Neruda: Sé que desde hace unos dos años se ha venido contando en FB la historia de la violación de P Neruda, historia que él mismo narró en Confieso que he vivido. No obstante, la gente la repite sin haber leído el libro. La mujer a la que Neruda violó no era su mucama, así que no arreglaba su cuarto. La historia es esta: En 1929 Neruda había sido nombrado cónsul en Colombo (Ceylán), viva solo y se daba cuenta que la letrina amanecía limpia sin que nunca viera a la persona que hacía el aseo; así que un buen día decidió espiar su llegada; al alba vio llegar a una mujer de una inconmensurable belleza, era una "intocable", al día siguiente la violó. Dos o tres días después, no recuerdo muy bien ese dato, despertó asustado, a su lado estaba la mujer con un cuchillo apuntando directamente al pecho. Neruda entendió muy bien lo que le pasaba, años después narró esta lamentable historia.

    ResponderBorrar
  2. Hoy pensé lo mismo al leer los últimos parrfafos del articulo en mención. Me acordé de la batalla en internet para que dejen de publicar Lolita en Europa por ser una apología a la pederastia; o de la censura en los Estados Unidos, de Matar un ruiseñor por usar palabras discriminatorias. Y me asusta el cariz que ha tomado la controversia. Por otro lado, el lector de a pie, como yo, puede llegar a pensar que los escritores que están en la lista que motivó la controversia no merecen estarlo, son malos, son aburridos, son incorrectos. Excelente opinión,

    ResponderBorrar
  3. Otro comentario: Pablo Neruda tuvo una hija llamada Maya a la que él abandono porque sufría de hidrocefalia; es una historia que conozco desde los años 70. Lo que pasa es que la gente olvida que los escritores son seres humanos, y como todos los seres humanos están llenos de luces y sombras; y con esto no quiero justificar la actuación de Neruda. Por ejemplo, tanto V Woolf como Borges eran antisemitas, y eso que VW se casó con un judío.

    ResponderBorrar
  4. A la señora Ruiz Navarro solo le faltó decir que la obra de Gabo es autobiográfica.

    ResponderBorrar
  5. Lo que no debe olvidarse es que la literatura y las artes operan en la dimensión llamada "formación sentimental". El asunto que me parece relevante en el caso de las artes -la literatura como una de éstas-es el problema del arte por el arte. Hay una pregunta ética que no debe soslayarse.

    ResponderBorrar

Nos gustaría saber su opinión. Deje su comentario o envíe una carta al editor | RC