Pedro Ismael Cárdenas Ballesteros es el pseudónimo de un joven escritor y periodista radial. Ha sido redactor e ilustrador de la sección Ficción de Revista CORÓNICA y desde 2020 llevará una columna en podcast sobre filosofía, ambientalismo y literatura. Su primera colaboración.
Por Pedro Ismael Toloza
¿En qué momento una persona que escribe para sí es considerada por los demás como un escritor? ¿En qué momento las narraciones que hacemos de nosotros mismos nos envisten de una vocación pública que no se acomoda a lo que somos cuando nos construimos con las palabras? ¿En qué instante pasamos de lo que somos en nuestra vida privada, a lo que podemos ser en la esfera de lo social, en la que todos estamos determinados por factores ambientales, económicos, familiares, estéticos, psicológicos, culturales? ¿Es ese el comienzo de un destino?
¿Y a qué está obligado aquel que encarna ese destino? ¿A redimir a los suyos? ¿A buscar la felicidad propia y la de los demás? ¿A vivir observando los ojos de la parca? ¿A interpretar su papel lo mejor que pueda, de la forma más discreta posible? ¿A guardar rigurosamente su lugar en el mundo? ¿A resistir junto a los débiles? ¿A abrir un camino para los nuevos desadaptados que, como él o ella, se refugiarán en los libros para huir de la sociedad?
¿Y acaso es una opción huir de la sociedad? ¿Elegir la indigencia, o el retorno a la infancia, o la santidad del ermitaño, del estilita, del anacoreta? ¿Acaso no estamos arrojados sobre la historia, nuestra historia personal? Y de ser así, ¿no es mejor tomar la decisión de vivir de cara a la verdad, la de nuestro cuerpo, la de nuestra familia, la de nuestra comunidad, la de nuestro país?
¿La verdad de la naturaleza? ¿La de la fatalidad de la extinción? ¿La de la necesidad de aprender a morir? ¿La del imperativo de vivir, descartando definitivamente la posibilidad del suicidio? ¿La de construir una vida en la que procuremos no arrepentirnos de nada? ¿Y es este destino un privilegio, una dignidad, o una trampa para incautos? ¿Es esta libertad de ser lo que somos en medio de una multitud de individuos que a diario deben actuar, fingir, traicionar, mentir (en otras palabras: sobrevivir) lo que nos responsabiliza de crear, de edificar, de poner en ejercicio nuestras energías, de potenciar lo que es bueno, de cuidar de la vida, de conservarla?
¿Qué castigo recibiríamos de no obrar así? ¿Cuántos escritores se han deprimido, o han enfermado, o se han recluido, o han perdido la vida, una vez descubrieron que ni la fama que anhelaron ni el respeto ni los aplausos ni los reconocimientos recibidos por su obra les sirvieron para vivir más ni mejor? La historia de la literatura abunda en casos de mala consciencia, auto desprecio, crisis nerviosas, personalidades escindidas, mentalidades enfermas, somatización del odio a sí mismo, lo cual nos lleva a suponer que las razones que motivan a quienes encarnan un destino literario o filosófico son tan importantes como los resultados de sus esfuerzos.
¿No es mejor cuidar de lo que nos motiva a escribir en nuestra vida privada para desempeñarnos coherentemente a la luz de la vida pública? ¿Actuar de acuerdo a lo que nos parece justo? ¿Amar nuestro destino, por pequeño que sea?
_____________________
La voz de Carolina Sanín hace parte del podcast El Topo.
Lauren Bacall en Vogue, 1943, vía Pinterets |
La voz de Carolina Sanín hace parte del podcast El Topo.
Este Podcast habla de varias de las preguntas que deben hacerse. Es acertado en esa postura que debemos tomar al cuestionar nuestro rol en el entorno..y muy acertado en lo que se sugiere en el párrafo final: el ejercicio de la literatura, como cualquier otra labor, es al fin al cabo una reflexión individual para encajar en nuestra realidad
ResponderBorrar