La escritora colombiana Angélica Puerto Tello acaba de publicar El cirujano, novela que culmina la serie Historias de mis pueblos y a la que preceden La promesa y El ángel negro. Aprovecho su breve visita a Colombia para que nos cuente más sobre su nuevo libro.
Por Camila García
1. Las otras dos novelas de la serie Historias de mis pueblos se enmarcan en pueblos, una en Granada, Meta, y la otra en Villeta, Cundinamarca. No es el caso de El Cirujano que transcurre en Bogotá, cerca de San Andresito, en el barrio donde creciste. ¿Es fortuito el hecho de que la historia que cierra la serie esté relacionada con tu infancia o más bien obedece a una cronología genealógica?
Fue fortuito. En principio, el volumen tres de la serie iba a ser un libro que tengo terminado pero que nunca corregí: El acuarelista. Por otro lado, tenía también El cirujano, un libro que estaba más avanzado en cuanto a la edición. La idea era publicarlo como un libro independiente, una especie de pausa de Historias de mis pueblos. Pero luego, cuando les empecé a contar a mis amigos más íntimos de qué se trataba el nuevo libro, ellos inmediatamente me decían "¡Ah! es sobre tu papá" y alguien incluso me dijo: "Claro, El ángel negro es sobre tu mamá y El cirujano, sobre tu papá". Y eso quedó resonando, por supuesto. Tenía sentido que una serie que es sobre Colombia, sobre mis raíces, terminara en mi ciudad natal y en el lugar donde crecí.
2. Esa era justamente mi siguiente pregunta, pues la última vez que hablamos trabajabas en El acuarelista, novela que cerraría la serie Historias de mis pueblos, ¿qué pasó con esta novela?, ¿planeas publicarla pronto?
Para serte sincera, no he pensado mucho en eso. Siento que he cambiado mucho desde que escribí El acuarelista, a nivel personal pero también estilístico. Ya no me identifico mucho con esa novela. Imagínate dejar de ver un amigo, alegrarte un montón cuando lo vuelves a ver, pero luego encontrarte con que ya no tienen puntos en común. Eso me pasa con El acuarelista. Dicho esto, sin embargo, estoy más que dispuesta a invitar a algunos de sus personajes a otra novela porque la mayoría, y lo digo muy en serio, me caían súper bien. Quizá porque varios eran deformaciones de personas que he querido entrañablemente.
3. Los personajes de El cirujano sueñan con irse, se sienten irremediablemente anclados al barrio, "quienes nacían allí, solían quedarse para siempre". Yeison, El Negro, Verónica y también Álex sueñan con rebelarse contra lo que parece ser su destino: la condena a seguir viviendo aquella vida de barrio entre los talleres de mecánica. El deseo urgente de migrar en busca de una vida mejor es una constante en tu obra, ¿qué piensas al respecto?, ¿ese fue tu caso cuando saliste de Colombia?
En efecto, muchos de mis personajes sueñan con una vida mejor fuera de su lugar de origen. Apenas natural, creo, pues como migrante conozco cientos de historias de ese tipo; pero además yo misma vengo de una familia "pata 'e perro" (todos sus miembros viven en diferentes países) y de la generación del grafiti "¿No te has ido a Miami?", no sé si te acuerdas. Fue una época difícil para vivir en Colombia. Pero aunque eso ha sido más común en mi propia vida, no quiere decir que no conozca o no admire un poco también a las personas que valoran y aman vivir en su lugar de origen. Me fascina también encontrarme con ese tipo de personas. Simplemente no es mi caso. A mí siempre me ha picado el bicho por salir, viajar, ver el mundo. Afortunadamente, he podido hacerlo y en el camino, he ido tejiendo historias.
4. El cirujano nos habla, entre otras cosas, del riesgo. ¿Crees que es necesario arriesgarse para romper con el destino y con las lealtades nocivas? La lealtad es un tema central en la historia, la lealtad con los amigos, pero también con la familia.
¡Qué tema, ¿no?! Yo creo que la vida es muy corta y uno debe estar con las personas que le sumen, no que le resten a su vida. Sean parte de su familia o no. Y a esas personas valiosas, hay que entregarles todo el amor y lealtad del mundo.
En cuando al riesgo, pienso y así lo he aplicado en mi vida, que entre más alto el riesgo (y el temor), es más satisfactorio el logro. Creo que es importante arriesgarlo todo, al menos una vez en la vida. Y si es por alguien, bueno, tanto mejor. No hay nada más impredecible que las personas y las relaciones. Pero, como todos los grandes riesgos, suelen valer la pena.
5. En los otros dos libros de la serie también cuentas cosas relacionadas o inspiradas por la historia de tus padres, ¿por qué esa elección de contar algo sobre la vida de ellos?
No fue una elección. Al menos, no consciente. Así se fueron dando las cosas y solo quienes me conocen bien, notaban el patrón. Supongo que algunas personas van al psicólogo y otras escribimos (risas).
6. Ahora que culminaste la serie, ¿qué tienes en mente para tus próximos libros?
Estoy trabajando en una novela más larga que se llama El hombre sin espalda. Es una historia tan cruda que no parece real, pero lo es y sucedió también en Bogotá. Así que como ves, hay más historias de la capital en el horizonte.
