viernes, 4 de mayo de 2012

Revista Corónica, instrucciones de uso

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Claude Verlinde, Surrealismo desconocido
Nota: esta entrada ha sido actualizada en varias épocas según las distintas etapas y la circulación de editores de la revista.

Nueva época

2020-
Desde el año 2020 la editora de la Revista será Catherine Rendón, estudiante de la Maestría en producción editorial de la Universidad de Morelos, México.

Tercera época

2017-2019
Se integraron columnistas a la revista. Esta etapa estuvo marcada por la opinión y las miradas más personales sobre el acontecer literario, deportivo, musical y la pluralidad de enfoques que ofrecieron los autores. Los columnistas fueron Alberto Bejarano, John Better, Keren Marín, Sara Giraldo Posada, Rodrigo Bastidas, L C Bermeo Gamboa, Juan Pablo Plata, Mariangel Villasana, Camila García, Jerónimo García Riaño, José Hoyos, Pedro Gómez Bajarrés, Larry Mejía, Stanislaus Bhor

Segunda época

2016-2017
Editada por Ángel Castaño Guzmán. Se le dio paso al periodismo cultural, cabida a reseñas, entrevistas, artículos de magazin y hubo un enfoque en la escena cultural de las periferias colombianas.

Primera época

2012-2015
Revista digital pero serializada y con ISSN. Las secciones se actualizaron con una frecuencia de cuatro veces por año y los artículos se organizaron en índices. Editores: Daniel Ferreira, Alejandro Carpio, Juan Soto, María Juana Espinosa.

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Proto-historia de la publicación:

Revista Corónica es una publicación en línea, enfocada en crónica, ensayo, ficción, cocina y cine independiente. Ha sido fundada en 2012 y surge además como un laboratorio de experimentos web: casa editora, distribuidora de películas, generadora de epidemias sociales.

El equipo editorial está conformado por  cuatro editores.

Breve prehistoria de la revista

[Todo empezó por un e-mail que era larguísimo...] Éste:

"Estimados amigos, si reciben este mensaje es porque ustedes son los elegidos. Hemos seguido detenidamente sus trayectorias profesionales; hemos leído sus publicaciones; sabemos dónde viven, sabemos dónde trabajan, cuántos hijos tienen y no podrán escapar tan fácilmente de nuestra subyugante propuesta.
Les escribimos para invitarlos a ustedes (y a sus escritos) y a su sapiencia a participar en una revista digital que partirá la historia de la web en una millonésima parte de un fragmento digital. La página se llamará Revista Corónica. Pueden echar una ojeada a la maqueta del Home y a las subsecciones en el siguiente borrador: xxxxxx.

La revista ya cuenta con dominio propio, aunque está vacío.
Pueden verlo (favor no difundir mientras sigue en construcción) en:

www.revistacoronica.com/

Ustedes se preguntarán (nosotros también, llevamos años preguntándonoslo) ¿para qué una revista en papel? Para perder amigos y ganar otros, nos contestábamos hace algunos años cuando teníamos que elegir a quién dejar y a quién imprimir en una una publicación impresa, subvencionados por una institución de carácter público envuelta en las sedas arácnidas de la burocracia institucional.
Hoy, que optamos por dar este salto a la web, debemos modificar sutilmente la pregunta: ¿para qué una revista en internet?
La única respuesta que hemos hallado es “para probar”.
El mundo, como ustedes saben, está dividido entre los que siguen de largo y los que se detienen a recoger a alguien caído. Es decir, entre los hijos de puta y los que aun está por probársenos lo contario. En realidad, el mundo se puede separar en mil dicotomías: los que trabajan, los que estudian y los que no hacen nada (vide Manifiesto comunista, Carlos Marx); los genios, los homosexuales, los alocohólicos (vide Truman Capote); los que escriben como autores distinguidos, piensan como genios y hablan  como niños (vide Nabocov) etc.

Ahora quieren dividirnos entre nativos digitales y el resto. Y a los autores entre los que publican en análogo y los que han dado el salto digital.
Pues bien, da la casualidad que todos ustedes y nosotros los comvocados pertenecemos a una zona de penumbra, ni somos nativos digitales ni nadie nos publicó en papel. Ustedes tienen blogs, o los han tenido y han persistido o han caducado, pero finalmente han percibido el potencial de la web para los que nos comunicamos por escrito o por imágenes impresas. Algunos se han decepcionado y han perdido frecuencia, porque no hay un gran incentivo en derrochar palabras ante una asamblea de sombras. La vigencia es la única exigencia que se le hace a un blogger para mantenerse activo en la web. Y uno solo se aburre, como una casa sola se raja. Además hay que tener en cuenta que es un ocio no remunerado. Recordarán también que después de probar el fin de las ideologías y de las contraculturas y de todas las palabras que se anteponían al sufijo “ismo” hoy la única resistencia contra todos los intentos de aplastamiento, fragmentación, exclusión del i-n-d-i-v-i-d-u-o sigue siendo la palabra. Es sólo una forma de darse ánimos: la verdadera forma de resistir es volverse como ellos. Por suerte (otros dirán: “por desgracia”) la herramienta de transmisión de cultura escrita poco a poco ha empezado a trasladarse a la web. La web ha cambiado nuestros hábitos de lectura, y ha roto nuestras secuencias de concentración para dar paso a otra forma de atención. Además, la palabra ha hecho finalmente una relación ilícita con la imagen, el video y los sonidos y hoy coexisten de una forma natural, insólita, explorable como amancebados en un trío.
Nosotros pensamos que no hay que desgañitarse pensado en el fin de los libros y el aplastamiento por la industria. El principio sigue siendo el mismo: plasmar palabras sobre piedra, o papel o pantallas. Guardar la memoria.
Internet además permite que busquemos y a veces encontremos nuestras audiencias (aunque nos vigilen, y cada vez los intereses del gran capital y sus aparatos de penetración cultural y represión traten de regular y restringir los contenidos -el cierre de Megaupload sin que medien leyes internacionales es una pequeña muestra de supremacía policiva mediática-). Pero lo único que podemos hacer por ahora es trasladar nuestra lucha cotidiana por la comunicación, a internet, y tomarlo (¿tomarla?) por asalto y seguir intentándolo (criticar).

Breve digresión para corresponsales colombianos:

En nuestro país (como todos habrán verificado cada vez que hayan enviado un texto de colaboración y haya sido rechazado en nuestros únicos tres medios masivos culturales) los principales medios son plataformas al servicio de roscas de intelectuales burgueses. Ellos imponen lo que debe leerse, lo que debe pensarse, lo que es arte. Un monopolio en declive, porque su exclusividad e imparcialidad y calidad resulta cada vez más sospechosa y controvertible. Hoy es seguro que si dices algo políticamente correcto pero éticamente incorrecto habrá un foro o una revista o un blog donde oirás (leerás) una voz disonante, una crítica severa ( a veces a fondo) de lo que has dicho. Nosotros, para qué negarlo, también aspiramos a tener nuestra propia rosca; pero más allá de exaltar egos mayestáticos, queremos una revista para contar la vida cotidiana de donde nos tocó nacer, mostrar nuestra actividad intelectual y apropiarnos de las herramientas web que tienen un potencial inmenso para el futuro de la comunicación y de la edición y de la cultura.

Y sí, no vamos a negarlo: también somos burgueses. Vivimos en ciudades, pasamos la mayor parte del día sentados en mullidos sofás, lejos del sol y del agua, con un computador sobre las piernas, criando cáncer, y nos ganamos la vida en oficios que poco tienen que ver con nuestra verdadera vocación. Tener una revista en línea es nuestra manera de enfrentarnos al silencio (otra forma de la censura) y negarnos a participar en los poderes mediáticos al servicio del gran capital. Tener una revista digital es tener un pretexto para seguir en contacto y saber en qué van nuestras vidas. No hay nada que aproxime más que una envidia (vocación) compartida.

En Colombia, entre 2005 y 2010 la lectura de medios impresos se desplomó 30% (datos que oímos en boca del representante del observatorio de medios de la Universidad Javeriana que ha seguido con índices los hábitos lectores de los colombianos en los últimos años). Lo único que aumentó en ese mismo porcentaje fue la lectura en internet. Ya sabemos que para los capitales extranjeros somos un potencial de extracción no solo de materias primas, metales nobles, pesados y recursos innobles, también un potencial de lectores a medias entre las viejas y nuevas tecnologías al que hay que cautivar pronto. Hoy hasta las ovejas negras del grupo Prisa y los venezolanos en la diáspora han querido venir a fundarnos medios digitales y revistas de publicidad corporativa para contarnos cómo se vende de bien el último premio Planeta cómo es de premiada Shakira y dónde vacaciona Sofía Vergara y cuál es el escritor más leído en España, porque supuestamente aquí no hay escritores de folletín y novela rosa y crisis económicas como hay allá.

Una acotación: no tenemos nada en contra de Sofía Vergara; es más: nos enorgullece que sus tetas adiposas triunfen en las pantallas norteamericanas y deje en alto el buen nombre de nuestro estereotipo de musa-andina, y no tenemos nada en contra de la voz orgiástica de Shakira, y tampoco nada en contra de los escritores más leídos en España, pero poco nos interesa saber dónde vacacionan y hacen turismo de alto consumo o de los videos porno que hacen con jugadores de Futbol, ni nos sorprenden las crisis económicas, tal vez porque aquí la crisis, como la desgracia, como la tragedia, es tan cotidiana que a nadie sorprende.
(Lo del video porno es pregunta.)

Ya conocemos esas publicaciones (¿o hará falta mencionarlas?). Hay pocas que exploran la interacción con los públicos lectores y el análisis social y los gadgets creativos. Las web más visitadas del país siguen siendo versiones en línea de medios escritos: El espectador (y otros periódicos). Publicaciones semana (Arcadia y Semana). Revista Número. El Malpensante. Le siguen algunas publicaciones políticas aparentemente disidentes y paginas sociales para la élite, entre las que destacan: Un Pasquin, Kienyke. Y las web pensadas sólo para el formato, sin soporte papel, una muy creativa e interactiva, y otra plana, pero analítica, dirigida a un público específico: Razón Pública, Esfera Pública y La silla vacía. Contienen notas culturales, ensayos políticos y análisis coyuntural. Pero la mayoría son versiones on line de las mismas versiones impresas, y otras meros bancos de noticias de agencia. Las más, publicidad pagada.

[Hasta aquí nos disgregamos...]

Propuesta

Proponemos a ustedes algo más modesto: participar en una revista enfocada en ensayo no-canónico, crónica, crítica, ficción, cine y poesía. La revista la haremos en soportes de edición fácil: blogs, microbloggin, social media o redes colectivas. Tendremos un perfil editorial que defenderemos a capa y espada: la crítica severa, de la sociedad, de los libros, del arte bazofia. Y tendremos recurrencia imprecisa. Proponemos una revista humanística, cultural y antihegemónica; es decir, abierta a los textos bien escritos y crítica en un sentido platónico: que muestre las contradicciones del prójimo y demuestre y adelante una nueva tesis, más acrobática, más descabellada, pero más metafísica (metafísica en el sentido de Camus: pensar y sentir al mismo tiempo). Un revista que sirva de ventana a trabajos culturales, analíticos y críticos, dirigida a una comunidad lectora ideal de gente que se detiene para mirar o para ayudar mientras los demás avanzan. ¿Notaron que dijimos crítica? Sí, siete veces...

Esquema 

1. Consolidación de un staff de editores y colaboradores de planta. Compartirán honores y responsabilidades: tendrán a su cargo una de las secciones y harán gestión de convocatoria, recepción del material, organización y edición.

2. No habrá dirección, salvo que elijamos a un tutor intelectual como símbolo: Hugo Hiriart, Borges, Cyril Connolly.

Quedaremos organizados así:

Editores -de contenidos- (comité editorial) -Columnistas semanales, quincenales, mensuales (colaboradores fijos) -Bloggers (esporádicos, adscritos a la sección artículos, tumblr y administradores de redes sociales, Google plus, Twitter, Facebook) -Autores invitados

Secciones:
Ensayo anticanónico: artículos misceláneos, reflexivos, en el sentido del ensayo montagniano, personal y libre;  textos con argumentación, no necesariamente exclusivos porque la idea de fondo es aproximar; pueden ser rescatados de blogs, propuestos por el staff o por plumas invitadas.

Dossier: crónica, entrevista, reportaje, perfil y temas a fondo (monográfico sobre un tema visto desde dos ópticas enfrentadas, antinomias, o investigaciones emprendidas por un autor o por un equipo invitado.)

Corónica (reportaje, crónica, entrevista, periodismo, perfil: una sección sobre vidas y oficios y tragedias cotidianas, desde cualquier lugar y dirigidos a un publico amplio en la corbertura de la lengua.)

Ficción: géneros mínimamente respetables: poesía y narrativa; textos inéditos, exclusivos, rescates del maremagnum web, traducciones libres de textos inconseguibles;  abierta también a experimentaciones formales soportadas en conceptos)

Blog Corónica: blog de la redación con temas afines a la revista: libros, música, lugares, fotos, convocatorias, tecnologías.

3. Lanzamiento. Entre abril-mayo, para que sea una publicación signo Tauro.

4. Será elegante y enigmática. Corrosiva y poética. Surrealista y barroca.

Nota: Todo el material compilado en el mes podría publicarse en varios formatos (pdf, epub, issuu) disponibles en línea en una sección llamada Librería, para que sea leído y almacenado por nuestros potenciales lectores en sus lectores de texto: impresión papel, dispositivos, o computadores. Pero al mismo tiempo todos los textos se indexarán en los subdominios de la revista on line. Podríamos pensar en hacer unas ediciones en papel que sean antologías de lo mejor del año. Discutir.


Despedida 

Los convocamos informalmente, dejando constancia de que no hay ánimo de lucro y de que su trabajo no será recompensado en dinero, a menos que consigamos descifrar el gran enigma: cómo es posible conseguir subvención sin tener que vendernos al mejor postor o llenar el sitio de banners saltarines.
En materia de edición digital, todo está por probarse, hasta el apotegma de Dalí: “uno sólo empieza a existir después del [ ganar] primer millón de dólares”.

Estimados amigos: los convocamos al comprobar que ya son niños grandes, venidos de zona de penumbra editorial, y con una formación académica que algún día tendría que echar sus frutos. Con algunos nos hemos conocido en viejas lides, hemos compartido algunos sueños, nos hemos distanciado por desavenencias que ya carecen de sentido. Los consideramos almas gemelas en la insolencia, y críticas para llevar a cabo una misión: comentar este mundo.
No hay certezas, sólo incertidumbre. Ofreceremos a nuestros potenciales lectores un poco de nuestro saber, y un poco de lo que adolece la prensa y las plataformas tradicionales porque la publicidad no les da espacio: análisis, creación centrífuga, voces nuevas, disidentes, discordantes, plurales. La gratuidad es la única moneda del arte, decía nuestro querido pedagogo Daniel Pennac. Nos apoyaremos en plataformas gratuitas para explorar los potenciales de la web. Si algún día contamos con recursos propios, las colaboraciones serán pagas, o al menos el porcentaje será repartido entre el número de colaboradores activos (pago igual, por trabajo igual, Marx dixi).
Para sellar este pacto de sangre les dejamos el dialogo en la última escena de Casablanca:

Rick: Yo me quedo aquí hasta ver que el avión ha despegado.
Ilsa: ¡No Rick! ¡No! Anoche dijiste…
Rick: Anoche dijimos muchas cosas. Dijiste que yo tenía que pensar por los dos y es lo que he hecho. Y sé que tienes que subir a ese avión con Víctor que es a quien perteneces. 
Ilsa: Pero Rick, escucha.
Rick: Escúchame tú. ¿Tienes idea de lo que te espera si te quedas aquí? Créeme, los dos acabaríamos en un campo de concentración. ¿Verdad Louis?
Renault: Me temo que Strasser insistirá en ello.
Ilsa: Dices eso para que me vaya.
Rick: Lo digo porque es cierto y es cierto también que perteneces a Víctor. Eres parte de su obra, eres su vida. Si ese avión despega y no estás con él, lo lamentarás.
Ilsa: No.
Rick: Tal vez no ahora, tal vez ni hoy ni mañana, pero más tarde, toda la vida.
Ilsa: ¿Nuestro amor no importa?
Rick: Siempre nos quedará París. No lo teníamos, lo habíamos perdido hasta que viniste a Casablanca, pero lo recuperamos anoche.
Ilsa: Dije que nunca te dejaría.
Rick: Y nunca me dejarás. Yo también tengo mi labor que hacer y no puedes seguirme a donde voy. En lo que tengo que hacer no puedes tomar parte.
Rick: Y no valgo mucho, pero es fácil comprender que los problemas de tres pequeños seres no cuentan nada en este loco mundo. Algún día lo comprenderás. Vamos, Vamos. Ve con él Ilsa.(…)
Rick: Louis, este puede ser el inicio de una gran amistad...
Casablanca (Michael Curtiz, 1942)
Att.
Los fundadores 
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Publicado por Revista Corónica
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

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