sábado, 6 de abril de 2013

Diego Lombardi, entrevistado

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A comienzos de Marzo en la Feria Internacional del libro de La Habana, Cuba, el escritor argentino Diego Lombardi fue galardonado en la cuarta versión del Premio Latinoamericano de Novela Alba Narrativa por Reflexiones de un cazador de hormigas. El escritor Chileno Cristian Barros obtuvo el áccesit de finalista por El elogio del cadáver. El ganador del premio ALBA Narrativa 2013 cuenta del contexto de su novela galardonada y  relata cómo se hizo escritor: “Las nuevas tecnologías han expandido nuestros sentidos, y lo seguirán haciendo”.

Entrevista por 
Mariangel Villasana*

¿Cómo y cuándo te iniciaste como escritor?
Si tenemos en cuenta que el inicio de un escritor es una larga trayectoria como lector, entonces te digo que comencé hace rato. Leía todo lo que se me cruzaba por delante, las etiquetas del shampoo mientras me bañaba, los carteles en las calles. Agarraba algún libro de la biblioteca y claro, sólo leía los títulos, o me quedaba mirando las portadas. Recuerdo especialmente el dibujo de un robot en un pesado volumen que agrupaba cuentos de Isaac Asimov. En aquella época pasaba los tres meses de vacaciones de verano en la casa de mis abuelos. Allí la siesta era sagrada. Como a cualquier niño, la idea de dormir siesta me parecía absurda, más cuando había un patio enorme para ser conquistado y que me llamaba en el insistente canto de las chicharras. No podía salir hasta que bajara el sol, no podía hacer ruido, entonces me quedaba hojeando revistas Sexhumor, Mafalda, la colorida enciclopedia Lo Sé Todo. Un día descubrí un libro chiquito, sin dibujos. En la portada, en letras sobrias, se leía: Cuentos de la selva, Horacio Quiroga. Quedé flipado. Tenía entre siete y ocho años. Mis primeros escritos fueron cartas. Cartas a mi abuela, cartas de amor a una compañera de escuela, cartas a mis padres excusándome por haberme portado mal (…).

¿Hay algún aspecto relevante de tu vida que haya influenciado tu escritura? 

No podría hacer referencia a un aspecto en particular, todo lo que he vivido, leído, escuchado o soñado, de una u otra forma aparece en mis textos. Estos elementos, provenientes de las más diversas fuentes, terminan relacionándose en base a un orden que escapa a cualquier intento racional de mi parte por combinarlos. Sí puedo decirte que, la mayoría de las veces, el germen una historia o relato está motivado por una necesidad interna de elaborar determinada situación. Como una especie de exorcismo. Claro que de esto tomo conciencia mucho después.

Tomando en cuenta algunos aspectos del tema de tu novela Reflexiones de un cazador de hormigas ¿crees que esas nuevas formas de relacionarnos influyen en la personalidad de las generaciones actuales y en la manera como formaremos a las futuras?

Definitivamente. Las nuevas tecnologías han expandido nuestros sentidos, y lo seguirán haciendo. Esto no sólo afecta nuestra forma de comunicarnos y procesar la información, sino que también contribuye a la destrucción y nacimiento de un nuevo lenguaje, un lenguaje que nos permita recorrer los híbridos rincones vedados por nuestra actual y dicotómica estructura mental. Y hablar de un nuevo lenguaje, es hablar de nuevas realidades.

El jurado que tomó la decisión de otorgar el Premio ALBA Narrativa 2013 a tu obra expresó, entre otras ideas, que uno de los elementos que empleas en la novela es “(…) la historia de una no historia, haciendo de este texto una apuesta compleja vital”. Según tu criterio ¿A qué crees que se refiere el jurado con esta afirmación?

Sin poder intervenir, el personaje principal observa cómo se derrumban sus intentos de vivir de acuerdo a los moldes preestablecidos por la cultura y la sociedad. Y otra vez aparece la necesidad de elaborar, o reelaborar en este caso, un suceso que le impide seguir avanzando. En la desesperación por encontrar su propio camino y mitigar la angustia, comienza a transitar una realidad alternativa en las visiones que obtiene de las vetas aleatorias de un azulejo del baño, una historia paralela en la que los eventos de su vida toman otro curso y desenlace, pero así y todo el resultado sigue siendo igual de monstruoso. Intuyo que es a esto a lo que hace referencia el jurado, aunque no estoy muy seguro.

¿Qué te motivó a participar en el Concurso Latinoamericano de Novela para escritores menores de cuarenta años ALBA Narrativa?

Cuando comenzás a escribir, o mejor dicho, cuando comenzás a pensar en publicar, no transcurre mucho tiempo hasta que te das cuenta de lo hermético que es el circuito. Mi primer libro fue una modesta autoedición para la cual tuve que endeudarme. Ocasionalmente envié textos a concurso, pero nunca estuve pendiente de los resultados. Acceder a un premio me parecía tan improbable como ganar la lotería. Aun así, al terminar de escribir mi primera novela y enterarme del certamen, motivado por el premio y la posibilidad de publicación, decidí enviarla. Hace algunos días, cuando leí en la nota de prensa mi nombre junto a las palabras máximo galardón, no pude menos que sonrojarme.

¿Cuáles son tus expectativas próximas en el mundo literario?
Tengo la esperanza de que esta distinción me facilite la tarea de seguir publicando. Por mi parte, la idea es continuar aprendiendo y llevar mi trabajo a niveles más profundos.

*Mariangel Villasana. Periodista venezolana. Fondo Cultural del Alba. 
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Publicado por Revista Corónica
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

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