jueves, 1 de agosto de 2013

Guillermo Lemos: La ruta de Andrés Caicedo

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Entrevista a Guillermo Lemos, por @stanislausbhor

La Ruta de Caicedo es un recorrido, en Cali, por los principales sitios del "Nortecito" y “Territorio Sureño” que referencia la obra de Andrés Caicedo, especialmente en “¡Qué viva la música!” y “El atravesado”, tales como:  el Valle del Renegado, (Chipayá), el Parque de la 26 (El triángulo), el Parque de las piedras, el Parque de Versalles, el Parque Panamericano, el Teatro San Fernando; los barrios: San Fernando, Miraflores, Normandía, Santa Mónica Norte, Ciudad Jardín; los sitios conocidos como Dari Frost, el antiguo Sears, la casa de la colina de San Antonio, y finaliza con una ofrenda floral en la tumba del escritor, ubicada al norte de la ciudad. La Ruta Caicedo, es guiada por “Guillermito” Lemos Ruiz, amigo cercano del autor y personaje de las obras y por Ángela Rosa Giraldo Cruz, estudiante de Maestría en Literaturas Colombiana y Latinoamericana de la Universidad del Valle, Cali, Colombia. La Ruta Caicedo, pretende familiarizar a propios y extraños con el legado cultural y literario de Andrés Caicedo. 

Empecemos por la dedicatoria de Qué viva la música. ¿Cree usted en el fondo que su hermana Clarisol Lemos desmereció la dedicatoria de la novela de Andrés Caicedo?

-Cuando Andrés terminó de escribir su novela Que Viva la Música puso como dedicatoria. "A Clarisol Lemos para que aprenda" y tres días antes de salir la publicación, abruptamente, la cambió a la que conocemos "Este libro ya no es para Clarisolcita, pues cuando creció llegó a parecerse tanto a mi heroína que lo desmereció por completo". La razón para decisión precipitada fue un viaje que mi hermana hizo a Ecuador en compañía de un grupo de amigas, mayores que ella que la llevaron como mascota y la cuidaron como lo que ella era: una niña. Clarisol estuvo en el vecino país alrededor de dos meses, es decir que llegó un mes después del suicidio de Andrés; esa noche, curiosamente estaban transmitiendo por televisión una entrevista que le realizó Colcultura a Caicedo.
Clarisol quería que fuéramos a ver a Andrés y fue cuando tuve que contarle la triste noticia de su acto suicida. Llorando mi hermana nos contó de el esmerado cuidado brindado por sus amigas. La verdad es que Andrés, días antes de matarse, había sabido lo del viaje y lo malinterpretó, de ahí es que viene el haber hecho una dedicatoria en que desameritaba a Clarisol, sin, de todas formas retirarla de la novela.

¿En qué se parecieron María del Carmen Huertas con Clarisolcita Lemos? -¿Puede describir a su hermana y decirnos qué fue de la vida de ella?

-Clara Lemos desde su más tierna infancia, era una persona tremendamente inteligente, llena de simpatía y dinamismo. Extrovertida, de respuestas apabullantes, perfectamente deshinhibida. Se subió a bailar en el escenario, en un concierto que dio Carlos Santana y, este desconcertado, la llevó hasta nuestra casa al final de su presentación. Era la adoración de los estudiantes de la Universidad del Valle (en aquella época funcionaba en San Fernando, a pocas cuadras de nuestro hogar) no se le daba nada subirse a las tarimas y hacer arengas políticas a media universidad. A tierna edad leyó obras como el Libro Rojo de Mao Tse Tung y partes de El Capital de C. Marx. Por toda la energía que irradiaba Octavio Paz, poeta caleño, la bautizó como Clarisol.
Andrés siempre quiso hacer una novela con un personaje dotado de esa frescura, vitalidad y lo cristalizó en QVLM. Este es el parecido entre ambas, más no el desclasamiento progresivo que vive Maria del Carmen Huertas y que no ocurrió en el caso de Clarisol.
Clara ya es abuela y vive con su esposo en Barcelona España desde hace muchos años.

Ha seguido de cerca el rodaje de Qué viva la música, la película de Carlos Moreno. ¿Acertaron con el casting?

-He estado muy cerca al casting de la película Que Viva la Música y el grupo de actores es muy profesional. Llevar una novela al cine es una labor ingrata porque la gente, generalmente idealiza a los personajes del libro y a veces los actores no corresponden con la concepción que uno tenía del personaje. De todas formas admiro la valentía de Carlos Moreno al enfrentar un trabajo de esta envergadura.

¿En qué circunstancias de su vida conoció a Andrés Caicedo?

-Conocí a Andrés, por intermedio de Clarisol que se había subido al escenario de una obra que presentó Caicedo en La Universidad llamada “El Mar” de su autoría. En cierta escena de un televisor salían una gran cantidad de pelotitas de colores y cuando mi hermana se subió en plena presentación el director sintió gran curiosidad por la tranquilidad y desinhibición de esta niña; la invitó al Cineclub de Cali y al otro día fuimos ambos. Nuestra amistad nació de mi gran amor por la literatura, la lectura y todo lo relacionado con la cultura, a pesar de mi corta edad (12 años). Recuerdo que ese día, a la salida del cine, hablamos sobre la literatura para jovencitos, con autores como Mark Twain, Rudyard Kipling y en especial de Mario Vargas Llosa de quien había leído “Los Cachorros” “La Ciudad y los Perros”; él me habló de su pretensión de escribir historias para este tipo de público y de allí en adelante nos volvimos grandes amigos.

En los fragmentos que quedan de un video casero, se ve a Caicedo juguetear desnudo en el umbral de una puerta y hay un diálogo extrasensorial entre un grupo de muchachitos drogados entre los que figura usted y su hermana y otra persona. En otro documental, una hermana de Caicedo dice que Clarisol fue “nefasta”, en el sentido de lo que llaman “influencia negativa” para su hermano. Por la cercanía que hubo entre ustedes creo que Guillermo Lemos también está incluido en esa influencia, ya que pertenecían al mismo clan. ¿En qué se basaba realmente la amistad que tenían ustedes, los angelitos empantanados, con Andrés Caicedo?

Ese vídeo es una improvisación teatral y debe entenderse como tal. No tenía un libreto y las cosas fueron saliendo en la conversación. Con respecto al comentario hecho por la hermana de Andrés, en cartas suyas publicadas habla de su adicción a la marihuana y la cocaína desde 1968, y a nosotros nos conoció en 1972. ¿Qué le pueden enseñar un muchacho de doce años y una niña de ocho a un joven de diecinueve años? ¿Qué poder adquisitivo pueden tener estos dos niños para influenciar a consumir a un casi adulto? Andrés fue para nosotros un maestro en áreas como el cine y la literatura; nosotros le ofrecimos nuestra amistad sincera y gran fidelidad. Caicedo era muy exigente con sus verdaderos amigos y los sometía a ciertas pruebas que debían de superar  para ocupar un lugar de predilección; fueron varias las veces que él nos dejó tirados y esto no empañó nuestra amistad. Además era una persona con altibajos depresivos repentinos, sucesos pequeños le podían dañar una tarde. En verdad era una persona fácilmente influenciable, era como un niño. Cuando estaba con nosotros gozaba de nuestra alegría, optimismo, consuelo y estas eran cosas que buscaba de sus amigos; no pertenecíamos a ningún grupo o círculo, cosa que detestaba Caicedo y nunca pudo encajar en este tipo de asociaciones. Pero siempre flotó en él la muerte, su muerte desde que lo conocimos e hicimos todo lo posible por postergar este momento.

Desde un punto de vista de ex camarada ¿cómo describiría la relación de Andrés Caicedo con su propia familia?

En un principio fue muy bien recibido en el seno de mi familia, pero después la relación se deterioró.

La vocación temprana de Caicedo por la escritura dicen que era abrasadora. Por lo prolífico que fue, parece ser cierto. ¿Presenció usted un proyecto literario que se concretó? ¿Les pasó alguna anécdota que después figuró en sus cuentos?

Claro que sí, yo le presenté algunos de los personajes que aparecen en su cuento “El Atravesado” y en la novela “!Que viva la música!”. Clarisol y yo lo llevamos a Jamundí  al Valle del Renegado donde transcurre la escena psicodélica de su novela. Fui el primero en leer “El Atravesado” y “Que viva la música” en voz alta y hacerle corrección de estilo. También me encargué de llevar los originales de la novela al Concurso Vivencias en 1974 y después entregarlos a Juan Gustavo Cobo Borda en Colcultura en Bogotá. Andrés me consideraba un talismán de buena suerte y el tiempo lo confirmó.

La tarea del escritor finaliza con su vida (Ranciere). Aparte del vigor literario y su vocación transgresora, ¿cómo se explica usted el estatus de mito literario en que se convirtió la obra y vida de Caicedo a casi 40 años de su muerte?

La obra que lo llevó a la fama fue QVLM y desde que se publicó por primera vez siempre agotó sus ediciones. Son pocos los libros sobre jóvenes y esta novela tiene ingredientes muy atractivos. Los lectores se identifican con su protagonista, su entusiasmo y el ritmo contagioso, delirante en que está escrita la obra. Posteriormente el arduo trabajo de Sandro Romero y Luis Ospina de llevar sus otros escritos acrecentó el mito, pues su obra es prolífica, variada compuesta por cuentos, novelas, cartas personales, crítica cinematográfica (Muy valiosa) y piezas teatrales. En fin es una creatividad inmensa para tan corta edad.

¿Qué lo llevó a emprender La ruta de Caicedo y cuáles son los lugares del itinerario que alguien puede hacer en Cali guiado por usted?

La Ruta de Caicedo es una idea que tuve hace ya casi unos veinte años de llevar a recorrer a ciertas personas por los lugares de Cali y Jamundi contemplados en las dos obras de Andrés El Atravesado y, en especial de Que Viva la Música. Diversos directores y escritores me acompañaron en este recorrido. Hace alrededor de unos dos años me uní a la Maestra en Literatura Ángela Rosa Giraldo cruz para imprimirle a la Ruta un ingrediente pedagógico. Juntos hemos realizado conferencias para jóvenes de escuelas en sectores oprimidos de la ciudad y ella es una caicediana furibunda quien tuvo el Grupo Caicedo; con estos jóvenes también había hecho recorridos muy parecidos a los míos y en uno de estos fue cuando nos conocimos. Contamos con dos modalidades: Ruta para turistas: "Caicedo en gran angular"  y Ruta para estudiantes: "Caicedo, el escritor de la juventud". La Ruta Caicedo, va dirigida a toda persona inquieta por el patrimonio cultural caleño, mediante la vida y obra de Andrés Caicedo. Hemos realizado algunos recorridos de carácter particular y ahora estamos buscando un apoyo de las Industrias Culturales de la ciudad.
(Para mayor información sobre estos lugares de la vida y la obra de Andrés Caicedo y los invito que visiten mi página en Facebook :
www.facebook.com/LaRutaDeCaicedo )


Pregunta de fanático: ¿dónde está la tumba de Caicedo? 

Sus restos  se hallan en el Cementerio Metropolitano del Norte Tumba  S93

¿Cómo y dónde recibió la noticia del suicidio de Andrés Caicedo? ¿Asistió al funeral? ¿Puede rememorar ese día?

-Andrés me citó esa misma tarde y a la hora en que se suicidó (6:30 PM) del viernes cuatro de marzo de 1977 al Edificio Corkidi. Yo me atrasé, por motivos ajenos y llegué a las seis y cuarenta y cinco. Me dirigí al apartamento 101 y claro, no había nadie allí. Salí nuevamente a la Avenida Sexta. Me encontré con una amiga y nos fuimos en un taxi al Oasis. En el momento en que me bajaba del auto, casualmente bajaba Charlie Pineda (El Rey del Norte) también amigo de Andrés. Él me dio la noticia de que había visto salir a Patricia y el cuerpo cubierto de Caicedo en una ambulancia. Muy deprimido me fui para mi casa, en San Fernando. Al día siguiente, en la mañana vino Carlos Tofiño, arrasado en lágrimas y juntos nos fuimos a la misa del entierro, en La Iglesia de Santa Mónica. Yo no quise ver el cuerpo de mi amigo, quería recordarlo vivo. Fuimos al entierro en el Cementerio Metropolitano del Norte y luego al Cineclub de Cali, pues era sábado. Hicieron un homenaje a Caicedo en mitad de la proyección. Fueron días horribles, los que siguieron a su muerte. Uno no acepta una muerte tan inesperada.

¿Puede recordar para nosotros un día con Andrés Caicedo?

-Caicedo era una persona muy activa y hacía muchas tareas diariamente. En un día normal, escribía al amanecer, iba al correo a los apartados aéreos de la revista OJO AL CINE (a ver qué corresponsal había mandado artículos), a las distribuidoras de películas para ver que pasaba con las cintas del cineclub; muchas veces dedicaba partes del día en ir a cobrar revistas o el Cuento El Atravesado, que había dejado en consignación. En los atardeceres a ven alguna cinta, en fin su tiempo era muy restringido. Para él cada día que pasaba era un día menos de tiempo y lo vivía al máximo.

Dice en el documental que dirigió Oscar Campo que sueña aun con Andrés Caicedo. Cuéntenos un sueño.

-Tuve un sueño, cinco años después de la muerte de Andrés, que me impactó por varios meses. En la ensoñación se me apareció mi amigo radiante, lleno de vida; al verlo así le pregunte sino estaba muerto y me contestó, que no, que su muerte había sido una farsa y en realidad había estado en una clínica de reposo. Lo vi tan vital y fue tan convincente el argumento, que estuve varios meses muy impresionado por este sueño, de un realismo inusitado.

EL ANGEL DEL PANTANO. OSCAR CAMPO. 1997. from OSCAR CAMPO on Vimeo.

Imágenes: Guillermo Lemos y Clarisol Lemos, Unos pocos buenos amigos de Luis Ospina / Guillermo Lemos, Un angel del pantano de Oscar Campo/ Edifio Corkidi, paseantes y tumba de caicedo, La ruta del Caicedo /
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Publicado por Revista Corónica
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

10 comentarios:

  1. Muy buena entrevista. Que interesante es saber que a pesar del tiempo, Andrés aún hace parte de nuestras vidas. Un abrazo fraterno para Guillermo, me fascina la forma en que recuerda a Andrés...En definitiva, "Unos pocos buenos amigos".
    Camila.

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  2. Andres Caicedo el hombre que poco a poco va dejando después de su largo viaje a otra dimensión, va dejando una gran huella en muchos Colombianos. Un gusto leer la interesante entrevista a ese personaje que ha ido difundiendo el mensaje de Andres Caicedo, un super abrazo para Guillermo y por supuesto para la revista Coronica, Gracias!! Abrazos Julian.

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  3. Nunca pensé que Andrés tuviera como amigos a unos niños mucho menores que él, y menos que dedicara tiempo a conversar y realizar actividades con ellos; me parece un mito más de la vida del gran Andrés Caicedo.

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  4. Qué mito tan "grande" es el "pequeño" Andrés Caicedo –los mitos (las mentiras) mueven la masa–. Yo creo que el primero en extrañarse de que se tomen tan en serio su obra literaria sería el propio Andrés Caicedo, que siempre se supo un escritor aprendiz y pasajero y hasta mediocre. Perdón, pero estoy "mamado" de Andrés Caicedo.

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    1. De malas mi hermano porque Todavía hay Andrés Caicedo para mucho rato.

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    2. Sebastián Pineda Buitrago donde puedo conseguir tus libros? es para saber si sós un mediocre o avanzado, es más escribo 2 años después de tu comentario porque no encuentro nada pero nada de lo que vós has hecho.

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    3. sebastian Pineda. Creo q no has leído a Caicedo. Comentarios sueltos y sin fundamento.

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  5. Excelente blog, siempre quise saber que había sido de la vida de Clarisol y Guillermito, mil y mil gracias.

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