José Alias.
Madrid junio MMXX
La alondra nació antes que todos los seres y que la misma tierra. Su padre murió de enfermedad cuando la tierra aún no existía. Permaneció insepulto cinco días, hasta que la alondra, ingeniosa por la fuerza de la necesidad, enterró a su padre bajo su plumón alado.
-Aristófanes-
canallas
de guante blanco
quieren
robarnos los sueños
con
pesadillas de crisantemo.
perros
de luna negra
nos
mantienen despiertos
sin ilusiones ni duda.
La fascinación del mal inunda el mundo...Yo
era un tipo tan inteligente, tan cool,
tan listo a veces o casi nunca, y ahora el planeta se va muriendo, me siento
desolado, y me levanto peor, el globo lo van desinflando extraños seres con apariencia
humana. Gentes sin corazón, el cerebro
podrido, los pasos pegajosos, nos van dejando los bolsillos rotos para que vayamos
perdiendo cualquier esperanza por los caminos cegados con su estela de odio y olvido.
Hay una noche negra en cada una de sus miradas y por su risa de costado se pasean cadáveres de saldo. Sin perdón, como en aquel western, dormitan como bestias en barras de bar de carretera pelada.
Son una mala copia de la humanidad luminosa y despierta que admira boquiabierta los atardeceres entre pájaros rápidos y juncos flexibles, recuerdos del zen, un horizonte lleno de utopías: inabarcable inacabable indescriptible.
Cada vez dejan menos espacio para amar alguna pequeña cosa, algún silencio tranquilo, escarabajos y libélulas, ríos cristalinos, agua pura. Son la negación, el abuso, sin comprender que hay vida antes de perderla.
'
Pero no vamos a rendirnos, no tiramos la toalla, lo fieramente humano, la nostalgia del paraíso perdido, seguirá en pie hasta el último aliento. La buena gente, la amorosa gente, la intrépida gente, creativa, solidaria, hermosa, somos lo mejor que nos ha pasado y no vamos a darnos por vencidos ni a perder nuestra mirada para que devoren su magnífico esplendor estas maquinales caricaturas de la vida. Tal vez no seamos muchos pero somos los mejores, los benditos perdedores de esta partida que quieren controlar y malvender tahúres de mala muerte y ninguna memoria, ofidios, rémoras de tiburones de mandíbula batiente. Seguiremos viviendo a pesar de vuestra basura enrarecida y falsa hasta que aguanten los huesos, mientras suene la música y los poetas sigan jugando sus tiradas de dados entre metáforas y estrellas, hasta el infinito y más allá, cantando y contando esta historia de juguete qué vais pisando (apareció una rima en medio de la prosa…) con zapatos llenos de carbón.
Hay una noche negra en cada una de sus miradas y por su risa de costado se pasean cadáveres de saldo. Sin perdón, como en aquel western, dormitan como bestias en barras de bar de carretera pelada.
Son una mala copia de la humanidad luminosa y despierta que admira boquiabierta los atardeceres entre pájaros rápidos y juncos flexibles, recuerdos del zen, un horizonte lleno de utopías: inabarcable inacabable indescriptible.
Cada vez dejan menos espacio para amar alguna pequeña cosa, algún silencio tranquilo, escarabajos y libélulas, ríos cristalinos, agua pura. Son la negación, el abuso, sin comprender que hay vida antes de perderla.
'
Pero no vamos a rendirnos, no tiramos la toalla, lo fieramente humano, la nostalgia del paraíso perdido, seguirá en pie hasta el último aliento. La buena gente, la amorosa gente, la intrépida gente, creativa, solidaria, hermosa, somos lo mejor que nos ha pasado y no vamos a darnos por vencidos ni a perder nuestra mirada para que devoren su magnífico esplendor estas maquinales caricaturas de la vida. Tal vez no seamos muchos pero somos los mejores, los benditos perdedores de esta partida que quieren controlar y malvender tahúres de mala muerte y ninguna memoria, ofidios, rémoras de tiburones de mandíbula batiente. Seguiremos viviendo a pesar de vuestra basura enrarecida y falsa hasta que aguanten los huesos, mientras suene la música y los poetas sigan jugando sus tiradas de dados entre metáforas y estrellas, hasta el infinito y más allá, cantando y contando esta historia de juguete qué vais pisando (apareció una rima en medio de la prosa…) con zapatos llenos de carbón.
Se dice que Proust, en su búsqueda del
tiempo perdido, repasaba una y otra vez el texto en busca de estas rimas que
tan extraño suenan en medio de un texto
narrativo; parece que al final se quedó alguna entre las migas de las
magdalenas que mojaba distraído en el té.
Un par de anotaciones finales, esas moscas
que revolotean entre duermevelas y roturas despiertas, que tal vez desarrolle
más adelante. Dos temas capitales, desde el punto de vista del que escribe,
claro… dejo los apuntes:
1) La ideología es algo de lo más superficial. Es la manera fácil de no ir más allá y seguir mirando sólo en nuestra cabeza, en lugar de observar el entorno cercano y universal e intentar ver lo que está pasando.
2) La religión no es una creencia sino un
sentimiento humano. Tal vez el más genuino y malinterpretado, con la ayuda de
la confusión creada entre forma y fondo, y el intento de adueñarse de él por
parte de diversas organizaciones.
Algo organizado, lleno de reglas y obligaciones, nunca puede ser orgánico, vital, sólo será un cúmulo, con cirros y estratos, de meras interpretaciones ideológicas. Ve adentro, conecta contigo, ahí está desde nunca y siempre lo que estás buscando, se trata de ti.
*
Algo organizado, lleno de reglas y obligaciones, nunca puede ser orgánico, vital, sólo será un cúmulo, con cirros y estratos, de meras interpretaciones ideológicas. Ve adentro, conecta contigo, ahí está desde nunca y siempre lo que estás buscando, se trata de ti.
*
Y de mi poemario “Entretanto (Tú nombre entre
mis dedos)” meciéndose sobre la música cajun que me suena en la cabeza
desde el celular…
Precious memories
(In memoriam JJ Cale)
La
esperanza es un tutú descolorido
bailando
a deshoras sobre el lago de los cisnes,
se
viste de amarillo en los estrenos
y
desafina blues como un borracho.
Ni
esperanza de cielo, ni miedo al infierno,
al
cabo y al fin todo y nada giran en el aire,
como
esa moneda
que cae acuosa sobre su dorado canto.
Por hoy: Vale… esa expresión latina con la que cierra Cervantes el Quijote.
.
Luces y sombras.
ResponderBorrarDimes y diretes, romanos y cartagineses, la sombra de la duda, la luz al final del tunel.
BorrarLa religión no es una creencia sino un sentimiento humano. Tal vez el más genuino y malinterpretado, con la ayuda de la confusión creada entre forma y fondo, y el intento de adueñarse de él por parte de diversas organizaciones.
ResponderBorrarsí
gracias por su comentario... y compartir el punto de vista.
Borrarun abrazo