lunes, 3 de agosto de 2020

Variaciones de la necropolítica

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Sobre Variaciones Necrofilia de Supervert, editado por Vestigio.


 Por Mario Cárdenas 


Observo de nuevo el video de la sesión uno de la serie Hysterical Literature producida por el fotógrafo Clayton Cubitt, en éste, aparece Stoya con un libro de cubierta negra en el que son visibles algunos símbolos: un corazón, una calavera con dos fémures cruzados. Stoya empieza a leer sin despegar la mirada del objeto, lo que lee es uno de los relatos de Necrophilia Variations de Supervert, «Confessions of a Skull Mask». Lo veo, lo escucho y la impresión primera no cambia. Stoya lee en voz baja durante unos minutos, concentrada, hasta que empieza a perturbarse por lo que lee y la excitación generada por un agente externo -no visible- aparece, y la consume y su cuerpo explota, se contrae, se agita, pierde el ritmo.

Desde que vi por primera vez esa sesión, el nombre de ese autor, que no es un nombre sino un código, una idea, se me incrustó y la curiosidad por leer el relato que Stoya presentó, había sido un punto pendiente, hasta ahora, pues los editores de la editorial colombiana Vestigio, a cargo de Diego Cepeda y Rodrigo Bastidas, publicaron una traducción de las Variaciones Necrofilia. Gracias a esta edición, accedo por primera vez a una lectura completa del relato leído por Stoya que fue traducido por Cepeda como «Confesiones de una máscara de calavera», lo que ella lee es el monólogo de una máscara que aparece siendo usada en una fiesta mientras es penetrada por la lengua de un amante que besa a otro. El objeto que es apenas un símbolo de la muerte y una forma de ser la muerte, habla y juega y dice, hasta que la narración para. Las confesiones de esta máscara y otros 31 relatos, completan las variaciones de este libro, que leído en este 2020, circula como el ruido de fondo de las imágenes en el presente y las del futuro próximo en el que la necrofilia y la política tienen una convivencia más abierta de lo que creíamos. Sólo basta con reparar que en los últimos meses nos hemos acostumbrado a contar muertos, señalar récords de muertes, como si se tratara de un mundial sobre muertes, en una rutina más, que se mezcla con nuestras actividades en el encierro. Confirmando de paso lo que escribió Achille Mbmebe en su ensayo Necropolítica:

Hacer morir o dejar vivir constituye, por tanto, los límites de la soberanía, sus principales atributos. La soberanía consiste en ejercer un control sobre la mortalidad y definir la vida como el despliegue y la manifestación del poder.

Publicado originalmente en 2005 por el autor de Extraterrestrial Sex Fetish y Sex y Guts Magazine, el libro leído quince años después es una anticipación no pedida, un espacio de resistencia y libertad, como tal vez lo era el arte hasta hace unos años. Necrophilia Variations no sólo es una serie de ideas, de retazos en primera persona sobre el erotismo y la muerte, los cadáveres y el sexo. Ese sería un resumen muy pobre de los conceptos que se diseccionan en el libro. Esos estados circulan como el polvo entre nosotros y el polvo que somos, pero hay más. Supervert ensaya con cada narración otras ideas que son más explícitas que las referencias señaladas. En muchos de los relatos hay una perversión que se hace evidente y una discusión sobre esa perversión. Al tiempo que leemos a mujeres que duermen en ataúdes, a humanos que conviven con la exposición audiovisual de atentados terroristas a gran escala y cifras de muertos y desastres, cuerpos con discapacidades físicas que desean vivir fantasías sexuales riesgosas, seres adictos a los gritos de terror, tumbas inteligentes en las que se graban a cuerpos en descomposición, las escenas y las discusiones no parecen sugerir una posibilidad sino que marcan una exposición de atrocidades. Aunque no todo se reduce a una constelación de ideas repudiables, porque entre cada una de las variaciones se proyecta una ironía, una línea de humor, un chiste que desactiva el tono de lo que se dice. Como cuando dos personajes hablan y uno le pregunta al otro «¿Qué tienen en común los granos de soya y los vibradores? Ambos son sustitutos cárnicos».

No son entonces las ideas de unos desviados, las inclinaciones de unos enfermos las que fluyen -de manera aislada- en primera persona, son las variaciones que gravitan entre los desastres, las muertes, la violencia y el sexo, las cuales están moviéndose por cada lugar de nuestras percepciones, aunque pretendamos eliminarlas o revestirlas de sabores como lo hacemos con las carnes de los animales muertos que consumimos, olvidando las formas en las que esos seres han muerto para nuestro disfrute. Sí, porque muchos seres vivos son asesinados, a diario, en masa, a través de prácticas heredadas de la industrialización de la muerte, en las que están aplicadas las características que menciona Achille Mbmebe:

...la racionalidad instrumental y la racionalidad productiva y administrativa del mundo occidental moderno (la fábrica, la burocracia, la cárcel, el ejército). La ejecución en serie, así mecanizada, ha sido transformada en un procedimiento puramente técnico, impersonal, silencioso y rápido.

Otra de las tantas variaciones de la necropolítica que pretendemos ocultar, con la justificación del consumo y disfrute de los humanos. Carnes masacradas que decoramos para olvidar que sólo son restos de dolor. Es decir, cada relato de Supervert es una muestra de lo que está compuesto el ahora de las masas hiperconectadas, que consumimos no sólo vidas asesinadas sino noticias violentas, a la vez que estas imágenes fluctúan con las imágenes sexuales que expulsa cualquier plataforma donde convive el horror recién grabado. ¿Acaso muchos seres, sobre todo letrados o con cualquier tipo de formación intelectual no se levantan a diario y lo primero que revisan son las pantallas para informarse sobre una nueva noticia violenta, o revisar las cifras de muertos sobre un nuevo pueblo violentando, y hacer de eso un combustible para la tendencia de cada día? El delirio como una nueva forma de sobrevivencia mientras nos tomamos fotografías y exhibimos las partes del cuerpo, o de nuestras vidas para el consumo de otros. El gozo con el desastre del cual no sólo vive el periodismo. De eso hablo cuando mencioné que este libro es una anticipación no pedida. Un retrato hecho de partes, de las ideas que se discuten en cada narración y que nos recuerdan que en esta civilización de masas, la muerte sigue siendo nuestro estado común e inevitable.

VARIACIONES NECROFILIA 
Páginas: 220 
Autor: Supervert  
Traducción: Diego Cepeda 
Ilustraciones: Sakoasko 
Colección Nigredo n° 3.  
Edición: Vestigionoviembre de 2019
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Publicado por Revista Corónica
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Revista Corónica es una publicación digital. ISSN 2256-4101.

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