medios de comunicación en desuso
ordenar el caos,
intentar cambiar la situación,
ser mejores/peores,
que todo funcione según nuestro deseo/rechazo... pleitos infinitos.
No hay más que ver a Iñárritu en su reciente película deambulando por el Bardo, ese estado intermedio entre la muerte y la vida y, por extensión, entre cualquier pausa de estupefacción a lo largo de la existencia; ese concepto tan familiar para los orientales, tan real para cualquiera que se detenga por un instante en medio de esta nada preñada de significados alternativos. Poca gente para tanta extensión desértica sin camellos ni palmeras… sin dejar entre renglones que el agua escasea en los oasis.
No me parece que haya mucha opción, en singular, para despegar nuestra mente de mono de las imágenes incesantes que nos bombardean desde pantallas de todos los tamaños, lo digo sin crítica aunque en estado crítico, a cada instante. Imágenes y sonidos en cacareo interminable, falsas realidades alternativas ante los hechos rotundos que se ignoran y desprecian sin mayor problema.
p.d.: * Los narradores de historias en papel impreso (relatos que hoy ya no tienen mayor importancia) han sido o «flechas» o «martillos». Las flechas escriben rápido, a la buena de Dios, tal como viene. Luego revisan el texto exhaustivamente corrigiendo lo que está fatal o no funciona. Los martillos avanzan frase a frase y le dan a cada una su forma acabada antes de seguir con la próxima. Cuando terminan, terminan.
Ningún deseo nuevo para este 2023, si acaso buena salud para todos y que vengan las posibilidades mejores según la disponibilidad y características de cada cual. Sea.
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José Alias 2023. Lugar.